El asueto de la Semana Santa suele convertirse en la ocasión perfecta para romper la rutina y salir en busca de lugares donde el descanso y la aventura se entrelazan de forma especial. Muchos prefieren playas soleadas y hoteles que ofrezcan diversión inmediata, mientras que otros se inclinan por rincones poco habituales, ya sea para vivir experiencias menos concurridas o para conectarse con la cultura local de forma más auténtica.
Según arecoa, en un reciente sondeo realizado por la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (ANATO) a varias agencias, quedó claro que Punta Cana mantiene el liderazgo en la lista de destinos comerciales predilectos a nivel internacional para esta temporada. Estas estadísticas reflejan una tendencia interesante: los viajeros no siempre buscan el típico recorrido urbano o el clásico tour por capitales. Existen quienes se animan a explorar Japón, Turquía, Bolivia o Guatemala, destinos menos comunes pero igual de atractivos para quienes buscan algo distinto. Al mismo tiempo, en Colombia destacan los lugares con sol y playa, encabezados por Cartagena y seguida de Santa Marta y San Andrés.
Por otro lado, el Banco Central dominicano (2022) registró un incremento cercano al 10% en la llegada de visitantes internacionales, lo que confirma el creciente interés por aventuras caribeñas. La Organización Mundial del Turismo (OMT) respalda esta tendencia al subrayar que, en los últimos años, los viajes de corta duración van en aumento, impulsados por tarifas aéreas competitivas y la flexibilidad laboral que muchos disfrutan, especialmente en fechas que coinciden con celebraciones religiosas o festivas.
Especialistas del sector coinciden en que esta mezcla de destinos populares y parajes menos explorados aviva la competitividad de la industria turística. Las agencias apuestan por diseñar paquetes a la medida y ofrecer facilidades para las reservaciones con uno o dos meses de anticipación, algo que se convierte en una gran ventaja para quienes planean sus viajes con tiempo. La seguridad, los beneficios tributarios y las conexiones aéreas juegan un papel decisivo para que más personas se sientan motivadas a armar maletas y lanzarse a nuevos horizontes.
Este dinamismo en el mercado de viajes deja una lección importante: la Semana Santa ya no solo significa refugiarse en la tradición religiosa, sino explorar el mundo con más libertad, descubrir destinos exóticos y disfrutar en familia, en pareja o entre amigos. Al final, cada turista elige su propia aventura, mientras las agencias y los destinos continúan evolucionando para responder al gusto cambiante de quienes cada vez ven en estas fechas una oportunidad perfecta para vacacionar y aportar al desarrollo de la industria turística.