El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) entregó esta semana al Servicio Nacional de Salud (SNS) un lote de equipos valorado en un millón de pesos dominicanos para apuntalar la atención neonatal en 25 hospitales donde funciona el programa Mamá Canguro.
Según un comunicado de UNICEF, el paquete incluye oxímetros pediátricos, balanzas digitales, oftalmoscopios indirectos, glucómetros y otros dispositivos que facilitan el monitoreo de prematuros y recién nacidos de bajo peso. Estas herramientas son clave para aplicar el contacto piel con piel, fomentar la lactancia y dar seguimiento clínico riguroso sin depender tanto de incubadoras costosas.
Anyoli Sanabria, representante adjunta de UNICEF en el país, subrayó que la donación busca “asegurar servicios de salud de calidad, equitativos y centrados en el cuidado cariñoso”. Martín Ortiz, director Materno-Infantil del SNS, añadió que el refuerzo logístico acelera la expansión del modelo Mamá Canguro, estrategia que ya ha demostrado reducir complicaciones y muertes evitables entre los neonatos más frágiles.
Los avances recientes son tangibles: el Boletín Epidemiológico No. 52 de 2024 reporta una tasa de 15.92 defunciones infantiles por cada 1,000 nacidos vivos, 13 % menos que el año anterior. Aun así, el 82 % de esas muertes ocurre en los primeros 28 días de vida, revelando brechas persistentes en la atención perinatal de alto riesgo.
El método Mamá Canguro creado en Colombia en 1978 y respaldado por la OMS como primera opción terapéutica para prematuros puede reducir la mortalidad neonatal hasta en un 40 % cuando se aplica de forma temprana y continua. República Dominicana fue uno de los primeros países del Caribe en capacitar personal especializado, pero la falta de equipos y seguimiento estandarizado limitaba su alcance en hospitales de alta demanda.
Salud Pública reconoce que las caídas recientes en mortalidad infantil se deben, en parte, a la formación del personal, la disponibilidad de insumos y la gestión de datos clínicos en red. Con esta inyección de tecnología, el SNS planea integrar registros digitales de peso, glucemia y saturación para detectar sepsis o apnea en tiempo real y referir casos complejos antes de que se tornen críticos.
En un contexto donde los nacimientos disminuyeron de 163,982 en 2023 a 140,938 en 2024, cada bebé cuenta. El reto ahora es garantizar que la inversión no se diluya que los oxímetros no terminen guardados por falta de baterías y que el personal mantenga la capacitación continua. Si el SNS logra cerrar esos detalles operativos, la donación de UNICEF podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte o entre un niño con secuelas y otro que crece sano en los próximos años.