Uvas dominicanas llegan por primera vez a Filadelfia hito exportador

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El muelle de Filadelfia recibió ayer las primeras 32 toneladas de uvas de mesa dominicanas cuatro mil cajas de las variedades sin semillas Allison (roja) y Timpson (verde) que zarparon hace un mes desde Guayubín, Montecristi, y desde fincas piloto en San Juan. La carga dividida en dos furgones refrigerados marca el debut del país caribeño en un mercado que mueve más de US $3 000 millones al año en Estados Unidos.

Según el Ministerio de Agricultura, el ministro Limber Cruz viajó a la ciudad portuaria para supervisar el desembarque y subrayó que “este paso pone a la República Dominicana en el mapa de la uva de mesa”. La operación se gestó con la multinacional Bloom Fresh, que introdujo hace cuatro años las primeras plantas certificadas y la tecnología de riego por goteo que hoy permite cosechar todo el año en zonas antes dominadas por banano y tabaco.

Lo que hace singular este envío no es solo la novedad del cultivo, sino la ventana logística: desde Montecristi al puerto de Filadelfia el tránsito marítimo ronda cinco días, la mitad del tiempo que tarda un contenedor desde Chile o Perú en temporada temprana. Esa rapidez reduce costos de frío y merma por deshidratación, un argumento clave para compradores estadounidenses que pagan sobreprecios por fruta de “primera quincena” antes de la avalancha del hemisferio sur.

Bloom Fresh y los productores locales proyectan despachar entre 15 y 20 contenedores en esta primera campaña. Con apenas 80 hectáreas plantadas, el rendimiento promedia 22 toneladas por hectárea; la meta a cinco años es alcanzar mil hectáreas, suficiente para suplir nichos prémium en la costa este y abastecer los grandes cruceros que zarpan de Florida.

El avance encaja en la estrategia de diversificación agrícola que el Gobierno impulsa desde 2021. Mientras el país consolida su liderazgo regional en cacao y banano orgánico, la uva abre un renglón de alto valor el precio FOB de las Allison ronda US $2 000 por tonelada, cuatro veces el de la piña. De acuerdo con el último informe del USDA, el consumo estadounidense de uva fresca alcanzará 1,4 millones de toneladas en 2024/25, en un mercado que sigue demandando fruta fuera de la cosecha californiana.

El desafío ahora es sostener la calidad poscosecha. Las fincas de Montecristi y San Juan ya emplean cámaras de precooler y sensores IoT para monitorear la cadena de frío, pero los técnicos advierten que la presión de plagas como la mosca del Mediterráneo requiere protocolos fitosanitarios estrictos. Aun así, la combinación de clima seco en el noroeste, costos de mano de obra competitivos y cercanía geográfica podría convertir al país en un jugador de nicho similar a lo logrado con el aguacate Hass hace una década.

Si esta primera experiencia se consolida, las exportaciones de uva podrían sumar hasta US $40 millones anuales y generar 10 000 empleos directos, desde podadores hasta estibadores portuarios. Con ello, la vid se sumaría a la lista de cultivos que están redefiniendo la agroindustria dominicana en el escenario global.

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