Mujer ruega pagar la multa tras retención de su motor

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El llanto público de una trabajadora cuyo motor fue incautado tras cruzar el túnel de la avenida 27 de Febrero volvió a encender las redes y las aceras del Distrito Nacional ¿es justa la retención completa del vehículo cuando la infracción puede pagarse con una simple multa?

Según El Pregonero RD, la ciudadana que vive de los servicios de mensajería imploró que le aplicaran la sanción económica pero que le dejaran el medio que la sostiene a ella y a sus hijos, escena replicada luego en videos virales desde cuentas locales.

La Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) actuó amparada en la Ley 63-17 y su reglamento, que prohíben explícitamente a las motocicletas circular por túneles, elevados y pasos a desnivel (art. 251 del manual de conducción).  El cuerpo lleva varios días de operativos en esa misma vía, con grúas listas para remolcar motores y reforzar el uso del casco.

Los números ayudan a entender la rigidez en lo que va de 2025 se promedian 217 accidentes diarios y las motocicletas aparecen en “la mayoría de los siniestros”, según el Ministerio de Interior y Policía.  Un hospital traumatológico capitalino registró que 70 % de los lesionados entre enero y octubre de 2024 también conducían motos, y casi ninguno llevaba casco.

Aunque la retención causa angustia inmediata sobre todo entre motoconchistas y repartidores que ganan al día, las autoridades insisten en el impacto positivo: en 2024 las muertes de motoristas rondaron las 1,670, y el Intrant busca reducir esa cifra con registro obligatorio de placas inteligentes y patrullas focalizadas.

Especialistas en movilidad sostienen que equilibrar la dureza de la ley y la realidad económica de los motociclistas es la tarea pendiente. Para Ricardo Guzmán, urbanista consultado, “multar sin inmovilizar podría funcionar solo si se garantiza el pago efectivo; de lo contrario, la infracción se vuelve rutina”.

Mientras el debate llega al Congreso, la mujer del túnel resume la disyuntiva nacional “Necesito el motor para comer, pero tampoco quiero morir en la vía”. Su clamor pone rostro humano a una estadística que cada día engorda. Si algo demuestra el episodio es que la seguridad vial no es un asunto de cifras o códigos, sino de vidas y de familias enteras que dependen de dos ruedas para seguir adelante.

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