Ciudad del Vaticano. Minutos después de la esperada ‟fumata blanca”, la Iglesia católica recibió a su nuevo líder el cardenal Robert Francis Prevost, quien escogió el nombre de León XIV y se convirtió en el 267.º sucesor de san Pedro.
Según la agencia EFE, la elección se concretó en la cuarta votación del segundo día de cónclave, confirmada a las 6:07 p. m. hora de Roma, cuando el humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina y el protodiácono Dominique Mamberti proclamó el célebre Habemus papam.
Con 69 años y formación en los Agustinos de los Estados Unidos, Prevost trae una hoja de servicio marcada por casi dos décadas en el norte de Perú, donde fue obispo de Chiclayo y, antes, superior regional de su congregación. En 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y, pocos meses después, lo creó cardenal. Su perfil de pastor cercano a la periferia latinoamericana y su dominio del español han pesado en la votación, comentan fuentes vaticanas extraoficiales.
Elegir a un pontífice nacido en Chicago, pero moldeado en la Amazonía y la costa peruana, envía un mensaje claro sobre la preocupación de la Iglesia por el Sur global. De hecho, datos del Annuarium Statisticum Ecclesiae 2023 indican que el 48 % de los católicos vive hoy en América Latina y el Caribe, región donde los evangélicos crecen a ritmo de doble dígito desde la década pasada.
León XIV enfrentará, de entrada, un calendario apretado deberá clausurar el Jubileo de la Esperanza el 6 de enero de 2026, impulsar la reforma de la Curia iniciada por Francisco y contener las tensiones internas sobre el rol de la mujer y la bendición de parejas en situación irregular. Voces como la de la teóloga brasileña Maria Clara Bingemer apuntan a que su experiencia sinodal en Perú podría “oxigenar el diálogo” en temas espinosos, mientras sectores más conservadores esperan un giro litúrgico más clásico, inspirado quizá en su homónimo León XIII.
En la Plaza de San Pedro, banderas de Brasil, Colombia y República Dominicana flameaban al unísono con las de Estados Unidos. Un grupo de peregrinos peruanos entonó “Te alabaré, Señor” cuando se confirmó la elección, recordando la labor misionera que Prevost realizó en pueblos lambayecanos como Monsefú y Zaña.
La seguridad reforzada incluidos puntos de control en la Via della Conciliazione y un piquete de honor de la Guardia Suiza no impidió que unas 60 mil personas se agolparan para ver al nuevo pontífice asomarse al balcón, donde impartió su primera bendición Urbi et Orbi. León XIV pidió “caminar juntos en misericordia” y cerró su breve saludo con un “¡Recen por mí!” que evocó a su predecesor en 2013.
Ya dentro del Palacio Apostólico, los retos prácticos se acumulan desde la crisis de vocaciones en Europa hasta la guerra en Tierra Santa y Ucrania, pasando por la reforma financiera del IOR. Analistas del National Catholic Reporter prevén que el nuevo papa confirmará la línea de transparencia iniciada hace una década, aunque con un estilo más discreto y ‟anglosajón”.
Para los dominicanos, la figura de León XIV presenta un puente entre el Caribe y el resto de Hispanoamérica. El arzobispo de Santo Domingo, monseñor Héctor Rafael Rodríguez, saludó la elección y recordó que Prevost “conoce nuestras alegrías y desafíos tropicales”. El próximo 29 de junio, fiesta de san Pedro y san Pablo, se espera una delegación criolla en Roma para la imposición del palio a los nuevos metropolitanos, estrenando así la etapa de un pontificado que arranca con aires de misión continental.
