La noche del jueves 8 de mayo, la comunidad de Villa Nueva en Navarrete, Santiago, se estremeció dos motocicletas chocaron de frente y, en cuestión de segundos, todo terminó en tragedia. Los jóvenes Luis Ángel Rodríguez Ramírez, de 24 años, y Yoandri Francisco Fermín, de apenas 15, murieron pese a los esfuerzos médicos por salvarlos.
Según El Nuevo Diario, ambos resultaron con politraumatismo craneoencefálico severo y fueron declarados muertos en un centro de salud de la zona. Testigos aseguran que los muchachos participaban en una “carretera clandestina”, práctica que aunque ilegal sigue ganando adeptos en las noches de la provincia.
La Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) investiga el caso. De confirmarse que competían, las familias podrían enfrentarse a un proceso legal por permitir que un menor condujera, y a posibles sanciones por la organización de carreras no autorizadas.
Pero este no es un episodio aislado las motocicletas encabezan las estadísticas de siniestros viales en República Dominicana. De enero a marzo de 2025 se han promediado 217 accidentes diarios, la mayoría involucrando motores, según cifras oficiales citadas por la ministra de Interior y Policía.Un reporte hospitalario de finales de 2024 ya advertía que siete de cada diez pacientes accidentados llegaban en moto y casi ninguno llevaba casco. El Observatorio Permanente de Seguridad Vial, por su parte, registró 3 114 muertes por tránsito en 2024; el 65 % estuvo ligado a motocicletas.
La muerte de Luis Ángel y Yoandri ha sacudido a Altamira, donde residía el primero, y a Villa Nueva, barrio del segundo. Vecinos y familiares claman por controles más estrictos y, sobre todo, educación vial. Mientras tanto, las autoridades prometen operativos para desmontar las carreras nocturnas, pero la realidad es que la adrenalina y la falta de oportunidades de ocio seguro siguen empujando a muchos adolescentes a la vía rápida, con finales que, como se vio anoche, rara vez tienen un buen desenlace.