Los activos totales de la banca criolla volvieron a pisar el acelerador en el primer trimestre: al cierre de marzo sumaron RD$3.92 billones, un salto interanual de 10.5 % que confirma la buena salud del sistema pese al entorno de desaceleración global. La expansión equivale a casi RD$372 mil millones adicionales en apenas doce meses, impulsada por una demanda de crédito que sigue firme y un peso todavía barato en términos reales.
Según el Informe de Desempeño Trimestral de la Superintendencia de Bancos (SB), esa pujanza se refleja sobre todo en la cartera de préstamos, que trepó a RD$2.24 billones: 11.2 % más que un año atrás. El dinamismo vino encabezado por las tarjetas de crédito personales (+18.6 %), mientras los préstamos hipotecarios avanzaron 7.9 % y los préstamos de consumo, 5.8 %. Medios especializados como Diario Libre corroboraron los números al citar el reporte oficial.
La expansión crediticia coexistió con un costo de dinero todavía atractivo. La Tasa de Interés Promedio Ponderada (TIPP) se situó en 14.77 % para préstamos y 8.91 % para depósitos, apenas unas décimas por debajo de los niveles de 2024. El diferencial se explica, en parte, porque el Banco Central mantuvo inalterada la tasa de política monetaria en 5.75 % durante su reunión de marzo, privilegiando la estabilidad de precios frente a presiones externas.
No obstante, la calidad de la cartera mostró señales de deterioro. Los préstamos vencidos sumaron RD$39,282 millones (+49.3 %), elevando el índice de morosidad a 1.75 %. Si se añaden los créditos reestructurados y castigados, la morosidad “estresada” llega a 7.34 %. El colchón de provisiones luce holgado: RD$72.8 mil millones cubren 3.3 % de la cartera total, suficiente para enfrentar eventuales impagos, de acuerdo con los estándares prudenciales locales.
En rentabilidad, la banca dominicana continúa en la parte alta de la región. El retorno sobre activos (ROA) se mantuvo en 2.7 %, muy por encima del promedio latinoamericano de 1.5 % estimado por consultoras sectoriales. El retorno sobre patrimonio (ROE) cerró en 22.1 %, impulsado por la expansión del crédito y unos márgenes financieros que siguen sólidos gracias a la veloz repricing de la cartera en pesos.
La eficiencia operativa mejoró levemente frente al trimestre anterior por cada cien pesos ingresados, el sistema gastó 59.4 un ratio aún por debajo del promedio histórico local, aunque algo peor que el 58.7 % registrado un año atrás, lo que sugiere espacio para profundizar la transformación digital y la automatización de procesos.
El contexto macro ayuda. La inflación interanual se ubicó en 3.58 % en marzo, dentro del rango meta del Banco Central por decimosexto mes consecutivo, lo que otorga margen para que la política monetaria se mantenga acomodaticia durante buena parte de 2025 siempre que la senda de precios no se complique.
Mirando adelante, analistas locales esperan que la expansión del crédito se modere en la segunda mitad del año a medida que el mercado laboral se normaliza y las importaciones recuperan ritmo. Sin embargo, con provisiones robustas, rentabilidad por encima del promedio regional y un entorno de precios estable, la banca dominicana encara 2025 con un balance resiliente y espacio para seguir financiando el crecimiento interno sin sacrificar prudencia.