El Aeropuerto Internacional Newark Liberty una de las principales puertas de entrada al área metropolitana de Nueva York atraviesa un momento crítico la escasez de controladores aéreos ha puesto en tela de juicio la seguridad de sus operaciones y está dejando a miles de pasajeros varados entre cancelaciones y demoras.
Según cnnespanol, un funcionario federal de seguridad aérea fue tajante al asegurar que “no es seguro volar a Newark” y recomendó evitar la terminal “a toda costa”. La advertencia tomó fuerza justo cuando la semana pasada el caos se hizo patente en los mostradores de las aerolíneas.
La aerolínea más afectada United Airlines, que usa Newark como hub recortó 35 vuelos diarios tras una racha de fallas tecnológicas y la renuncia repentina de más del 20 % de los controladores asignados a la torre, lo que disparó 210 retrasos y 88 cancelaciones en un solo día. A juicio de los directivos de la compañía, el aeropuerto “no puede manejar la cantidad de aviones programados” hasta que la Administración Federal de Aviación (FAA) normalice sus plantillas.
Aunque el déficit de personal no es exclusivo de Newark, allí se siente con más crudeza. La FAA reconoce un faltante nacional de unos 3 000 controladores y, para paliarlo, anunció bonos de hasta 15 000 dólares, aceleración de contrataciones militares y la meta de sumar 2 000 nuevos controladores durante 2025.
Más allá de los números, el riesgo se mide en minutos de separación entre aeronaves y en capacidad para gestionar emergencias. Con menos ojos en las pantallas de radar, cualquier imprevisto un frente de mal tiempo, un avión que declare “mayday” o una simple avería de radio puede escalar rápidamente y obligar a cerrar espacio aéreo, tal como ocurrió en Lima meses atrás cuando un fallo de radar paralizó el aeropuerto Jorge Chávez. La diferencia es que Newark es parte del corredor aéreo más congestionado del planeta, donde cada segundo cuenta.
¿Qué puede hacer el pasajero dominicano que conecta vía Newark?
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Monitorear su vuelo en tiempo real y activar alertas de la aerolínea.
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Preferir horarios de primera hora de la mañana, cuando la carga operativa es menor.
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Valorar aeropuertos alternos JFK o La Guardia si la conexión lo permite y el costo no se dispara.
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Contratar seguros de viaje que cubran reprogramaciones y pernoctaciones forzosas.
Mientras tanto, la presión política crece en Washington. Congresistas de ambas cámaras exigen al Departamento de Transporte cumplir la Ley de Reautorización de la FAA de 2024, que obliga a “contratar el máximo número posible de controladores”. De no cumplirse, advierten, la temporada alta de verano podría convertirse en un rompecabezas logístico para aerolíneas y usuarios.
En la pista, la realidad es menos diplomática con menos personal en cabina y más aviones intentando aterrizar, la línea entre un simple retraso y una situación de riesgo se vuelve peligrosamente fina. Por ahora, la recomendación del oficial citado por cnnespanol resuena como una alarma clara si tu itinerario lo permite, piensa dos veces antes de programar tu próxima escala en Newark Liberty.
