Nueva York quiere quitarse un peso de encima y no hablamos solo de las bajas temperaturas que siguen colándose en primavera. Con su Agenda de Asequibilidad, la gobernadora Kathy Hochul asegura que pondrá “más dinero en los bolsillos” de 20 millones de residentes en medio de una inflación que todavía aprieta. La medida viene arropada por el presupuesto estatal de US$ 254 mil millones, aprobado en Albany a finales de abril.
El nuevo paquete amplía el Empire State Child Credit hasta US$ 1,000 por cada niño menor de cuatro años y US$ 500 para edades de cuatro a 16 un incremento que, según cálculos oficiales, podría recortar la pobreza infantil en 8 %. Además, se liberarán US$ 110 millones para construir o remodelar centros de cuidado infantil y otros US$ 400 millones para el bloque de subvenciones dirigidas a las familias trabajadoras.
El alivio no se queda ahí. Más de ocho millones de contribuyentes recibirán cheques de “reembolso por inflación” de hasta US$ 400 y, a partir de 2026, entrarán en vigor recortes graduales de 0.1 % en el impuesto sobre la renta para la clase media. El plan también reserva fondos para desayunos y almuerzos escolares gratuitos en todo el estado, una medida que reducirá la presión sobre los bolsillos de las familias con hijos en edad escolar.
¿Por qué la prisa? Un vistazo a los datos del Buró de Estadísticas Laborales explica parte de la urgencia el índice de precios al consumidor en el área de Nueva York subió 3.6 % interanual en mayo, con la vivienda sobre todo alquiler empujando la mitad de la escalada. Los costos de cuidado infantil aumentaron 5.8 %, el mayor salto desde que la serie empezó en 2018.
Aun con las buenas intenciones, el paquete no convence a todo el mundo. Desde think tanks fiscales advierten que los “cheques de alivio” son paliativos temporales y critican el alza simultánea de ciertos impuestos corporativos para financiar el MTA. Editoriales políticos cuestionan si un crédito de hasta US$ 1,000 por niño es suficiente cuando grupos progresistas pedían US$ 1,600.
Hochul, sin embargo, insiste los neoyorquinos verán unos US$ 5,000 anuales en ahorros combinados gracias a la rebaja fiscal, la contención de las facturas de energía y la ampliación de subsidios al alquiler. Analistas de City & State recuerdan que la gobernadora va rumbo a una reelección en 2026; este paquete, además de política pública, es narrativa de campaña.
En comparación, estados como California han optado por transferencias directas de efectivo, mientras que Texas prioriza recortes de impuestos a la propiedad. Nueva York, con su mezcla de créditos fiscales y subsidios a servicios esenciales, apuesta por un enfoque híbrido costoso, sí, pero más integral. Para familias dominicanas en la diáspora que envían remesas de vuelta al Caribe, cualquier dólar extra que se libere del alquiler o el transporte puede significar más apoyo a los suyos en la isla.
Queda pendiente medir el impacto real. Los primeros cheques llegarán este verano; los nuevos créditos se reclamarán en la declaración de 2026. Si la inflación sigue cediendo y los salarios mantienen el ritmo el costo laboral neoyorquino sube 3 % anual la Agenda de Asequibilidad podría pasar de promesa política a alivio tangible. Pero si los precios vuelven a dispararse, Hochul tendrá que demostrar que su presupuesto fue algo más que un titular atractivo.