Los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron este martes que la única salida viable al pulso militar entre Israel e Irán es política y que, mientras se empuja esa vía, toca sacar en orden a los ciudadanos europeos que quieran abandonar la región.
Según EFE, la alta representante Kaja Kallas recién estrenada en el cargo condujo una videoconferencia de urgencia donde pidió a ambos gobiernos “bajar la guardia” y retomar canales diplomáticos, un rol que, dice, la UE “no piensa soltar”.
Kallas recordó que las conversaciones Washington-Teherán siguen congeladas y que ello coloca a Bruselas como árbitro casi obligado: “Si Irán no puede tener bomba atómica, la diplomacia es la llave; nuestra responsabilidad es girarla”, resumió la estonia.
Esa declaración vino con una medida concreta la activación del Mecanismo de Protección Civil para coordinar vuelos de evacuación. Ya Francia, Polonia y los bálticos han pedido cupos, y la Comisión Europea compiló una lista de rutas seguras saliendo de Tel Aviv, Amán y Dubái.
La maniobra aérea ocurre en paralelo a un caos de itinerarios comerciales. Más de veinte aerolíneas suspendieron o desviaron vuelos tras los bombardeos cruzados de la semana pasada, y varios países cerraron parcialmente su espacio aéreo.
En el mar Rojo, la operación naval Aspides seguirá blindando cargueros contra los rebeldes hutíes, asociados a Teherán, después de que la UE prorrogara la misión hasta febrero de 2026 con un presupuesto extra de 17 millones de euros.
El otro foco de inquietud es nuclear: la Junta de Gobernadores del OIEA declaró a Teherán en “incumplimiento manifiesto” de sus obligaciones de no proliferación tras el informe del 31 de mayo. Bruselas advierte que no habrá concesiones mientras Irán acelere su programa.
Económicamente, el golpe ya se siente. El Brent volvió a rozar los 100 dólares el barril el viernes y analistas en Fráncfort calculan que cada semana adicional de tensión podría recortar 0,2 puntos al PIB europeo por la subida del flete marítimo y la prima de riesgo energético.
Fuentes diplomáticas en Bruselas admiten que Moscú intenta venderse como mediador, pero Kallas lo descartó de plano “Quien bombardea Kiev no puede exigir contención en Tel Aviv”. La frase resuena en un Consejo que, el próximo lunes, examinará la cláusula de derechos humanos del acuerdo de asociación con Israel y la hoja de ruta humanitaria para Gaza.
A puertas cerradas, varios cancilleres ironizan que la UE no tiene “plan B” si fracasa la diplomacia, pero sí un compromiso evitar que el conflicto se coma las exportaciones europeas y dispare otra crisis migratoria. Con la coordinación de evacuaciones ya en marcha, el reto será mantener la presión sobre Irán sin dinamitar el diálogo que hace apenas dos años desbloqueó el acuerdo nuclear de 2015. Y en un vecindario donde cada misil sube el precio del pan en las panaderías de Santo Domingo, la urgencia se siente también del Caribe para acá.