El ánimo en las cercanías del lugar donde se desplomó el reconocido establecimiento de entretenimiento se percibe cargado de congoja y tensión. Familiares de quienes se encontraban en el club todavía aguardan cualquier noticia que alivie su angustia, mientras brigadas de rescate mantienen una actividad frenética para remover escombros y hallar a más sobrevivientes.
Tal como informa deultimominuto, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) confirmó que la cifra de fallecidos ascendió a 124, con 155 personas trasladadas con lesiones de diversa gravedad. Aunque las autoridades no contemplan desistir, han precisado que restan entre 24 y 36 horas de labores intensas para completar la limpieza de las ruinas. El silencio en torno a la zona de rescate es vital, pues los equipos especializados se apoyan en cualquier sonido mínimo para ubicar señales de vida entre los restos del edificio.
De acuerdo con reportes de la Defensa Civil, cada minuto resulta determinante en estas maniobras, y por esa razón los socorristas pidieron que se redujera al máximo el ruido en los alrededores. Varios parientes viven momentos de gran tensión, recordando casos similares en el país donde, gracias a la determinación de los equipos de emergencia, se lograron rescates significativos tras extensas jornadas de búsqueda. Estos antecedentes alimentan la esperanza de que todavía sea posible un desenlace menos doloroso para quienes se mantienen a la espera.
Fuentes como la Cruz Roja Dominicana han mencionado con anterioridad la relevancia de contar con evaluaciones estructurales oportunas, particularmente en edificios antiguos o de gran afluencia de público, a fin de evitar tragedias que podrían prevenirse con supervisiones más frecuentes. Voceros extraoficiales sugieren que la infraestructura de este centro no había sido revisada en los últimos meses, aunque todavía no existe un informe oficial al respecto.
Al cierre de esta nota, los ánimos en la zona continúan a flor de piel. Los dominicanos muestran su solidaridad con gestos sencillos: donaciones de agua, comida y respaldo emocional a los familiares afectados. A pesar de la angustia, existe una fe inquebrantable en que, con la colaboración de todos, aún puedan hallarse sobrevivientes. Entre testimonios e incertidumbres, se evidencia la fortaleza de la comunidad que, en situaciones difíciles, se une para hacer frente a la adversidad.