Las redes sociales volvieron a arder este fin de semana con el chispeo de un supuesto enlace entre la voz rasposa de “Simplemente amigos” y la temida jueza de Caso Cerrado. Según audios y montajes que circulan por WhatsApp y TikTok, Ana Gabriel y Ana María Polo habrían unido sus vidas en una ceremonia privada en Miami. La cantante mexicana, sin embargo, salió al frente con su ya conocido colmillo “Yo no me he casado, aunque se diga lo contrario. Yo ya me río de todo esto”, sentenció entre carcajadas, apagando la candela antes de que prendiera la leña.
La doctora Polo hizo coro desde su esquina y tachó la versión de “ridiculez”, tirándole de paso un chin de agua fría a los que comparten cualquier audio sin verificar. Ambas coincidieron en que las grabaciones fueron generadas con inteligencia artificial para inflar vistas y monetización fácil.
No es la primera vez que la intérprete de “Ay, amor” se ve enredada en romances imaginarios el año pasado la ligaron con una presunta esposa llamada Silvana Rojas, historia que también quedó desmontada cuando la propia artista recordó entre risas que su único anillo firme es “el del micrófono”.
El caso ilustra hasta dónde ha llegado la fábrica de deepfakes latinoamericanos. Analistas de ciberseguridad advierten que bastan segundos de voz para clonar a una celebridad y crear audios tan convincentes que si se comparten sin contexto corren como pólvora en Facebook y Telegram. El resultado reputaciones en juego y millones de usuarios confundidos en cuestión de horas.
Mientras los titulares falsos se desmontan, la artista se concentra en la recta final de su gira Por Amor a Ustedes, con boletos agotados en Europa y nuevas fechas anunciadas en Norteamérica para noviembre. Si algo dejó claro en su última transmisión en vivo es que su luna de miel, cuando llegue, será lejos de las cámaras y mejor acompañada de guitarras que de chismes.
En buen dominicano si el bochinche no viene de sus labios ni de fuentes verificadas, lo más saludable es darle scroll pa’lante. Al final, Ana Gabriel canta, factura y se ríe; los rumores, como el humo, se los lleva el viento.