La península ibérica amaneció hoy con un sacudión inesperado: a las 12:00 p. m. hora local, el sistema eléctrico español se fue abajo y arrastró consigo servicios clave en casi todo el país, desde los semáforos de Madrid hasta las líneas férreas de alta velocidad. Portugal y partes del sur de Francia también reportaron cortes, mientras millones de usuarios quedaron literalmente “fuera de línea”.
Según deultimominuto, la caída provocó interrupciones inmediatas en la telefonía móvil, el tráfico aéreo y los ascensores de edificios residenciales. En cuestión de minutos, la DGT pidió a la ciudadanía que dejara el carro en casa y solo saliera “si la cosa es de vida o muerte”.
Red Eléctrica de España (REE) informó que el restablecimiento completo podría tardar entre seis y diez horas, siempre que no aparezcan más complicaciones en la red. Al mismo tiempo, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) investiga un posible ciberataque como detonante de la avería, una hipótesis que también manejan las autoridades portuguesas.
Del otro lado de la frontera, REN la operadora lusa baraja la teoría de un incendio en una línea de alta tensión cerca de Perpiñán, al sur de Francia, como elemento desestabilizador. Mientras tanto, las islas Azores, Madeira y Baleares permanecen con luz gracias a sus sistemas insulares, y Andorra apenas sufrió un parpadeo antes de reconectarse a la red francesa.
La escena en tierra firme es de película trenes detenidos en mitad de la vía, metros evacuados en Barcelona y Madrid, y aeropuertos como Barajas y El Prat operando a media máquina con grupos electrógenos. Adif cortó todo el tráfico ferroviario estatal, mientras Aena reporta retrasos que se acumulan como fichas de dominó.
La buena noticia dentro del lío es que los hospitales siguen funcionando. Sus generadores de respaldo mantienen respiradores, quirófanos y monitores cardíacos encendidos, aunque los técnicos advierten que la autonomía ronda las 24 horas; si la luz no vuelve a tiempo, tocará priorizar procedimientos de emergencia.
Especialistas en infraestructura critican la fragilidad de una red que, pese a estar interconectada con Francia y Marruecos, sigue siendo vulnerable a fallos en cascada. El ente europeo ENTSO-E lleva años alertando de la necesidad de reforzar las interconexiones para evitar “cero energéticos” como el de hoy. Más allá del impacto inmediato, el apagón expone cuán dependiente es la economía digital española comercio, banca, datos en la nube de una corriente estable y segura.
Cuando la luz regrese, quedará la tarea de auditar qué tan preparado está el sistema para un ataque híbrido (físico y cibernético) y si los planes de contingencia actuales alcanzan para un país que presume de ser uno de los hubs energéticos de Europa. Por ahora, a los españoles no les queda otra que bajarle dos rayitas, agarrar paciencia y esperar a que REE vuelva a “enchufar” la península.
