Aprobación de Trump cae entre mujeres e hispanos en primeros 100 días

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En apenas un centenar de días al timón de la Casa Blanca, Donald Trump ha visto cómo el entusiasmo que alguna vez despertó entre parte del electorado femenino y la comunidad latina se le va como agua entre los dedos. Las cifras no son piropo apenas cuatro de cada diez estadounidenses dicen aprobar su gestión, y en los bolsillos demográficos donde más se siente el “bajón” es, precisamente, entre mujeres (36 %) y votantes hispanos (28 %).

Según datos divulgados por la agencia EFE a partir de los sondeos de CNN/SSRS y Washington Post-ABC News-Ipsos, el republicano firma la “luna de miel” más corta y agriaque cualquier presidente norteamericano haya saboreado desde la era de Dwight Eisenhower. La aprobación general, que en marzo rondaba el 45 %, ahora coquetea con el 39 %, mientras la desaprobación firme llega a 44 %.

Los números de CNN son lapidarios solo el 22 % avala “con entusiasmo” la gestión presidencial, y casi la mitad (45 %) la rechaza de forma tajante. En el sondeo del Post-ABC el panorama empeora entre votantes registrados: de un 48 % positivo en febrero se descendió a 42 %. El golpe es doble, porque los 100 primeros días suelen servir al mandatario para capitalizar la energía de su triunfo y empujar reformas clave. Con este barómetro en rojo, la política migratoria, los litigios con la prensa y el debate sobre el derecho al aborto se vuelven arenas movedizas.

No es la primera vez que un presidente se topa con la realidad de los números Bill Clinton vio su popularidad hundirse al 55 % en 1993, pero sí la primera en la que la brecha de género y la de origen étnico se ensanchan tan temprano. Datos agregados de Gallup sitúan la aprobación promedio de los primeros 100 días, desde Truman hasta Biden, en torno al 66 %. El 41 % de Trump queda, pues, muy por debajo de la media histórica y a trece puntos de su inmediato antecesor.

¿Qué explica la caída? Analistas en Washington apuntan a tres frentes:

  • Economía versus bolsillo familiar. Aunque el S&P 500 ha mantenido buen ritmo, la inflación sigue marcando máximos de dos dígitos en productos básicos; eso golpea con más fuerza a los hogares liderados por madres solteras y a comunidades con salarios por hora.

  • Retórica y percepción. La insistencia en endurecer la frontera sur y los roces con la prensa hispana han erosionado la confianza de votantes latinos que, en 2020, ofrecieron a Trump un respaldo récord para un republicano (32 %).

  • Agenda social. Las órdenes ejecutivas sobre acceso al aborto y la censura de contenidos LGBTQ+ chocan con la sensibilidad de electoras suburbanas que habían dado un “voto de confianza” tras la pandemia.

Si bien la historia ofrece ejemplos de remontadas Ronald Reagan apenas rozaba el 45 % en 1982 y ganó la reelección con un aluvión de votos, las encuestas también enseñan que caer de los 40 puntos a menos de 35 % suele convertirse en tobogán sin freno. Con las elecciones de medio término en el horizonte, cada punto de popularidad será oro o plomo para la bancada republicana.

Al final, como me comentaba un colega veterano en un cafecito de la 14 con Broadway, “la verdadera encuesta es el bolsillo”. Si la gasolina y la leche bajan, la narrativa cambia; si no, hasta los más fieles pueden empezar a mirar para otro lado. Por ahora, los números hablan claro y Trump tendrá que afinar el oído si no quiere que el matrimonio con el electorado termine en divorcio prematuro.

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