Ataque iraní a Al Udeid Pentágono reporta cero bajas de EE. UU.

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Washington, D.C.Un funcionario del Departamento de Defensa confirmó este lunes que la base aérea Al Udeid, en Catar, fue blanco de una andanada de misiles balísticos de corto y medio alcance lanzados desde Irán. El ataque, ejecutado a plena luz del día, no dejó víctimas estadounidenses y la instalación volvió a operar con normalidad tras activar sus protocolos defensivos.

De acuerdo con el propio Pentágono, Al Udeid alberga unos 10 000 militares y es considerada la piedra angular de la proyección de poder de Estados Unidos en Oriente Medio. La ubicación estratégica, junto a sus pistas de 3,8 km, permite despegar bombarderos, aviones cisterna y drones con rapidez, apuntan informes abiertos del Comando Central (CENTCOM).

Contexto de la represalia

La ofensiva iraní llega dos días después de la operación “Midnight Hammer”, en la que bombarderos B-2 Spirit destruyeron instalaciones clave del programa nuclear persa en Isfahán, Natanz y Fordó, según una briefing del propio Pentágono. Expertos consultados por el Consejo de Relaciones Exteriores señalan que el golpe pretendía atrasar varios años la capacidad de Teherán para enriquecer uranio a niveles militares, aunque reconocen que no anula el conocimiento científico acumulado por el país.

¿Qué tan efectiva fue la defensa?

Fuentes de la Fuerza Aérea catarí informaron que las baterías Patriot y sistemas THAAD detectaron y abatieron parte del enjambre de proyectiles, mientras que otros impactaron en áreas despobladas dentro del perímetro de la base. Aun así, la ausencia de bajas no debe leerse como un fracaso iraní, advierte Chris Gordon, analista de Air & Space Forces, pues cada disparo obliga a EE. UU. a emplear interceptores que cuestan millones de dólares por unidad.

Implicaciones regionales

  1. Escalada controlada. Teherán demuestra capacidad de golpear activos de EE. UU. sin cruzar la línea roja de causar bajas; Washington, por su parte, busca evitar una guerra abierta que absorbería recursos destinados actualmente a Ucrania y Asia-Pacífico.

  2. Mensaje a aliados. Catar, socio militar clave y recién designado “aliado principal extra-OTAN”, quedó bajo fuego pese a su papel de mediador entre Washington y Teherán. Analistas en Doha temen que el emirato reevalúe la conveniencia de alojar contingentes tan grandes.

  3. Mercados energéticos. Aunque la infraestructura petrolera catarí no fue afectada, los futuros de crudo Brent subieron más de 2 % en las primeras horas del lunes, reflejando nerviosismo sobre la seguridad del Golfo.

¿Qué sigue?

Diplomáticos europeos ya trabajan en un corredor de desescalada que incluiría inspecciones del OIEA a las instalaciones iraníes dañadas y la suspensión de nuevas maniobras aéreas sobre el golfo Pérsico. Sin embargo, si las facciones más duras de la Guardia Revolucionaria imponen su línea, se especula con ataques a activos estadounidenses en Irak o Siria, una zona con defensas más laxas.

La batalla por la supremacía en Oriente Medio volvió a cambiar de tablero de las sombras de Natanz al cielo despejado de Doha. El Pentágono presume cero bajas, pero la aritmética estratégica es menos triunfal cada misil iraní derribado consume un interceptor norteamericano que podría escasear en un conflicto prolongado. Y, como bien saben los militares en Al Udeid, la estadística de víctimas puede cambiar con el próximo lanzamiento.

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