El rey de las criptomonedas volvió a sacudir el tablero este jueves, cuando el precio del bitcóin se trepó hasta los 112 000 dólares cerca de las 1:30 p. m. hora dominicana, su marca histórica más alta hasta la fecha. En lo que va de año la moneda digital acumula una apreciación de casi 20 %, superando con holgura el máximo que había fijado en enero.
El empuje de la jornada coincidió con un dólar en franca debilidad y un recrudecimiento de las dudas sobre la capacidad de Estados Unidos para repartir la carga de un déficit que ronda los 1.9 billones de dólares y una deuda total cercana a los 36 billones. Las advertencias de las agencias de calificación que hace apenas una semana recortaron la nota soberana estadounidense han vuelto a poner en escena el eterno debate sobre la sostenibilidad fiscal y el atractivo de los bonos del Tesoro como refugio.
A ese caldo de cultivo se suma un torrente de dinero institucional: solo en la última semana, los ETF de bitcóin listados en EE. UU. captaron 1 600 millones de dólares netos y elevaron a más de 129 000 millones los activos bajo gestión del sector. Ese apetito le está dando gasolina extra al rally al ofrecer una vía más cómoda y regulada para que fondos de pensiones, universidades y aseguradoras tomen exposición a criptoactivos.
El contexto político también juega a favor. La Casa Blanca, ahora volcada en una estrategia nacional de activos digitales, creó en marzo una Reserva Estratégica de Bitcóin y empujó al Congreso a destrabar un proyecto de ley sobre stablecoins que avanza a paso firme en el Senado. Los operadores leen la movida como la señal más clara de que Washington ya no teme legitimar a las criptomonedas siempre que existan reglas de juego nítidas.
En el frente técnico, analistas ven márgenes para otro tramo alcista hasta los 120 000 dólares antes de que llegue un respiro. El volumen en futuros superó los 200 000 millones en las últimas 24 horas, y en el mercado al contado se rompieron los promedios de negociación de corto y mediano plazo, una señal clásica de que los compradores dominan la cancha. Sin embargo, advierten que las mismas manos fuertes que hoy empujan pueden retirar liquidez con la misma velocidad si la Fed endurece el tono o si el Congreso dilata la reforma fiscal que mantiene en vilo a Wall Street.
Aunque el optimismo se siente en el aire, el mercado dominicano de cripto todavía pequeño frente a los gigantes regionales vive su propio despertar. Plataformas locales reportan picos de nuevos registros y volúmenes en récord, impulsados por la depreciación del peso frente al dólar y el boca a boca en redes sociales. Eso sí, expertos locales recuerdan que la regla de oro sigue intacta: “solo invierte lo que estés dispuesto a perder”, porque la volatilidad puede ser despiadada.
En resumen, el cóctel de un dólar débil, la incertidumbre fiscal de EE. UU., el empuje regulatorio favorable y la voracidad de los ETF ha devuelto al bitcóin a terreno desconocido. Para los entusiastas, la pregunta ya no es si romperá los 120 000, sino cuánto tardará en hacerlo; para los escépticos, la interrogante persiste: ¿cuánto durará la fiesta esta vez?