Entre beats y líricas, la batalla legal entre Cardi B y Offset se ha convertido en un drama tan costoso como mediático. La rapera de origen dominicano-estadounidense destapó la chequera familiar para justificar por qué, según ella, su ex no debería recibir ni un centavo de manutención conyugal.
Según la revista ¡Hola!, Belcalis Almánzar nombre de pila de Cardi B publicó un encendido audio en X Spaces donde desglosó cada factura ligada a sus tres niños chofer exclusivo (US$10 000 mensuales), matrículas de colegios privados (US$45 000 y US$35 000 al año) y clases extra de piano a razón de US$300 la hora. La artista aseguró que también cubre tutorías, niñeras y un chef personal de tiempo completo, sin que Offset aporte al presupuesto familiar.
Offset, por su parte, solicitó ante la corte “manutención conyugal” y un reparto equitativo de bienes, postura que formalizó en un escrito presentado el 29 de mayo en Georgia. En respuesta, Cardi B lo acusó de visitar a sus hijos apenas unas cuantas veces y de “plantarlos” en varias ocasiones.
La tensión doméstica coincide con un nuevo capítulo sentimental la intérprete de “Bodak Yellow” hizo oficial su relación con el receptor de la NFL Stefon Diggs, publicando un video twerkeándole a bordo de un yate durante el fin de semana del Memorial Day.
Más allá del chispero mediático ¿quién paga qué?
En Georgia jurisdicción donde se ventila el caso la pensión conyugal no es automática el juez evalúa ingresos reales, estilo de vida previo y capacidad de generar ganancias. Un detalle clave es que Cardi B eliminó de su propia demanda la solicitud de pensión para acelerar el divorcio, argumentando que “solo quiere cerrar el capítulo” con el ex Migos.
Expertos en derecho familiar consultados por este medio recuerdan que el standard of living es un arma de doble filo si la parte que más gana exhibe un tren de vida muy superior, el juez puede entender que ese nivel beneficia también a los hijos y, por extensión, a la expareja. No obstante, Offset deberá probar que necesita el apoyo económico y que Cardi B tiene capacidad sostenida de cubrirlo.
Una disputa que rebota en la cultura pop
El choque Cardi B-Offset ilustra cómo las redes sociales amplifican procesos privados y presionan a los tribunales. Cada live, cada tuit incendiario y cada filtración establece una narrativa paralela que influye en la opinión pública y, de paso, en posibles acuerdos extrajudiciales. Por ahora, todo apunta a un verano de abogados ocupados y titulares candentes.
Mientras el juez decide, los gastos siguen corriendo escuelas, niñeras, seguridad y viajes. Cardi B insiste en que ella sola sostiene el show; Offset asegura que solo pide “lo justo”. La última palabra, como siempre, la tendrá la corte y el próximo post viral que cualquiera de los dos decida subir.