Chris Columbus lamenta el “cameo maldito” de Donald Trump en Home Alone 2 y teme las represalias si lo elimina

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El director Chris Columbus vuelve a toparse con un fantasma que lleva tres décadas rondándolo: los siete fugaces segundos en que Donald Trump aparece en Home Alone 2: Lost in New York (1992). A las puertas de un homenaje que le rendirán este 26 de abril en el Festival Internacional de Cine de San Francisco, el cineasta confesó que desearía borrar de una vez ese cameo convertido en “albatros”, pero teme que la actual administración de Trump tome represalias. Pa’ colmo, dice, lo deportarían “de vuelta a Italia” aunque nació en Pensilvania.

Según la agencia EFE, Columbus recordó en una entrevista con el San Francisco Chronicle que el magnate impuso su aparición como condición para permitir el rodaje en el entonces suyo Hotel Plaza. “Pagamos la tarifa, pero él dijo: ‘La única forma de usar el Plaza es si salgo en la película’”, contó el realizador, aún sorprendido de que el público aplaudiera aquel instante en el primer pase de prueba.

De anécdota simpática a carga política

Lo que en 1992 pareció un guiño sin consecuencias hoy se le ha vuelto un lastre. El propio Columbus reconoce que el cameo “se convirtió en una maldición” que preferiría extirpar, pero teme que, con Trump de nuevo en la Casa Blanca, cualquier corte sea interpretado como afrenta personal.

No sería la primera vez que la escena desaparece: la cadena pública CBC de Canadá la suprimió en 2014 –mucho antes de que Trump entrara en política– para ajustar el metraje televisivo, gesto que desató quejas airadas del expresidente cuando se hizo viral en 2019.

Un debate que no muere

En 2021, Macaulay Culkin, protagonista de la saga, apoyó abiertamente en Twitter la idea de “borrar” a Trump o reemplazarlo digitalmente por una versión adulta de sí mismo. “Sold”, tuiteó el actor, avivando la discusión sobre la pertinencia de mantener al político en un clásico navideño.

Entre taquilla millonaria y contradicciones

Home Alone 2 recaudó casi 360 millones de dólares con un presupuesto de apenas 28 millones, convirtiéndose en la tercera película más taquillera de 1992 y consolidando a Columbus antes de sus éxitos con Mrs. Doubtfire y las dos primeras entregas de Harry Potter.

El director admite que aquel éxito le hizo dudar en su momento de retirar el cameo, pero con el paso de los años —y la polarización política— la escena dejó de parecer inocente. El contrapunto llegó en 2023, cuando Trump aseguró en su red social que había sido Columbus quien “rogó” por su aparición, algo que el cineasta niega rotundamente.

¿Es viable eliminarlo hoy?

Técnicamente, cortar siete segundos no implicaría mayor dolor de cabeza en la sala de edición. Sin embargo, la cinta pertenece ahora a Disney y cualquier cambio requeriría permisos de la distribuidora y eventuales negociaciones con el Sindicato de Actores por la imagen del presidente. Además, abogados de propiedad intelectual consultados por The Guardian señalan que modificar la versión disponible en streaming sin aval legal podría desatar demandas por “edición indebida” en plena campaña presidencial de 2026.

Con este panorama, Columbus prefiere morderse la lengua: “Lo puedo soportar, pero no puedo con las consecuencias”, dijo entre risas tensas. Mientras tanto, la película sigue emitiéndose intacta en Disney+, aunque cada Navidad revive la discusión: ¿mantener la historia tal como se filmó o actualizarla para una audiencia que ya no celebra la presencia de Trump como un chiste casual?

Sea cual sea la respuesta, el debate confirma que hasta un breve paseo por el lobby del Plaza puede convertirse en un episodio político de primera línea. Y, como diría cualquier dominicano frente a un lío ajeno, “¡eso no es de ahora, eso viene de lejos!”.

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