Collette Spinetti, profesora de literatura, bailarina y activista desde los años 80, tomó las riendas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia en Montevideo y se convirtió en la primera mujer trans en la historia uruguaya y una de las pocas en el continente con rango de jerarca en el Ejecutivo. El nombramiento no solo premia cuatro décadas de militancia, sino que marca un punto de inflexión en la política de inclusión del país.
Según un despacho de la Agencia EFE difundido por Swissinfo, Spinetti rompió en llanto al recibir la llamada de confirmación y lo primero que pensó fue en «las que vinieron antes», esas activistas que empujaron la puerta que hoy ella abre de par en par para futuras generaciones trans.
Un paso coherente con la era Orsi
La docente de 59 años asumió formalmente el 1.º de marzo de 2025, pocos días después de que Yamandú Orsi tomara posesión como presidente y devolviera al Frente Amplio al poder. Spinetti ya forma parte de un gabinete que se trazó como meta combatir la desigualdad «sin dejar a nadie atrás».
Luces y sombras de la Ley Integral Trans
Uruguay suele exhibirse como referente regional la Ley 19.684 (2018) reserva 1 % de los puestos estatales para personas trans. Sin embargo, un informe oficial revela que en 2024 solo se contrataron 23 personas apenas 0,10 % del total de ingresos y que menos de la mitad de las entidades públicas cumplieron la cuota. El desafío de Spinetti será pasar la norma del papel a la realidad.
El contexto continental
Su llegada ocurre mientras la región vive un vaivén de avances y retrocesos. En América Latina, la esperanza de vida trans ronda apenas los 35 años, la más baja del mundo, y la violencia sigue desbordada. Aun así, figuras como la diputada brasileña Erika Hilton comienzan a ganar espacio legislativo y a tender puentes más allá de las trincheras ideológicas.
¿Qué trae Spinetti a la mesa?
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Medidas concretas. Spinetti anunció que presionará para que todas las carteras cumplan el cupo 1 % y que la Oficina Nacional del Servicio Civil publique cifras trimestrales verificables.
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Reforma legal. Plantea afinar la Ley Integral Trans para dar derechos efectivos a las personas no binarias y fortalecer los mecanismos de reparación histórica.
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Diálogo permanente. Propone mesas interseccionales con colectivos afro, migrantes, indígenas y personas con discapacidad, convencida de que «los derechos humanos se defienden conversando incluso con quien no coincide».
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Alerta temprana. Vigilará el avance de discursos extremistas en la región fenómeno que ya inquieta a ONU y OEA para blindar los logros conquistados.
Por qué importa
Aunque Uruguay venía sacando pecho en materia LGTBIQ+, el salto de Spinetti simboliza algo más que una designación muestra que la inclusión real empieza cuando la diversidad no solo vota, sino que gobierna. Si logra traducir las cuotas en empleos, las leyes en políticas y el activismo en resultados, su gestión podría convertirse en un modelo exportable para un continente donde ser trans aún equivale demasiado a menudo a cargar con una expectativa de vida recortada y una ciudadanía de segunda.