El miércoles amaneció con la Plaza de San Pedro flanqueada por vallas, soldados con fusiles y perros entrenados; una postal que recuerda la multitud que acudió al funeral del papa Francisco el 26 de abril. Roma activó el mismo operativo de máxima seguridad que usó para esas exequias y lo reforzó con sistemas antidrones y patrullaje a caballo, previendo otra avalancha de fieles cuando asome la “fumata” blanca que anuncie al nuevo pontífice.
Según la agencia EFE, dentro de los muros leoninos el silencio es ley los 133 cardenales menores de 80 años entregaron sus móviles, juraron sigilo bajo pena de excomunión y se recluyeron en la residencia Santa Marta antes de marchar a la Capilla Sixtina, donde al caer la tarde resonó el tradicional “Extra omnes” que sella las puertas y deja fuera a todo curioso.
Pero esta vez el voto más antiguo de la Iglesia opera en modo James Bond. Ingenieros colocaron un piso elevado que esconde inhibidores de señal, láminas opacas en las ventanas y sensores que bloquean cualquier intento de interceptar conversaciones o imágenes. Incluso las antenas celulares internas quedaron apagadas hasta nuevo aviso.
A diferencia del cónclave de 2013, que coronó a Francisco tras solo cinco rondas en menos de 48 horas, la duración de estos encierros es impredecible la elección más breve data de 1503 y la más larga, de 1268-71, tomó más de dos años.La historia enseña que el tiempo depende tanto de las corrientes ideológicas como del consenso que logren los purpurados en torno a un nombre.
Más allá del folclore del humo, su código sigue intacto negro para la indecisión, blanco y repique de campanas cuando se alcance la mayoría de dos tercios. La práctica, nacida siglos atrás para disipar rumores, se mantiene porque “el rito del humo” es la señal más rápida y más fotogénica para una plaza abarrotada.
Hasta ahora no hay un favorito indiscutible, pero los pronósticos miran al italiano Pietro Parolin y al filipino Luis Antonio Tagle, sin descartar sorpresas de África o el Caribe. El 80 % de los electores fue creado por Francisco, así que se espera continuidad en las reformas, aunque algunos cardenales piden un giro hacia la tradición.
Mientras esa negociación transcurre entre frescos de Miguel Ángel y dispositivos de bloqueo de última generación, los fieles incluyendo la nutrida comunidad dominicana aguardan atentos. Cuando la pequeña chimenea libere su mensaje, bastarán unos segundos para que un secreto guardado con juramento y tecnología salte del techo renacentista al resto del mundo.
