Desde este 7 de mayo de 2025, todo pasajero mayor de 18 años que quiera abordar un vuelo doméstico en Estados Unidos debe presentar una licencia o identificación “Real ID” o, en su defecto, un pasaporte u otro documento aceptado a nivel federal. La medida, largamente anunciada y aplazada en varias ocasiones, marca un nuevo estándar de seguridad aeroportuaria 24 años después de los atentados del 11-S.
Según la agencia EFE, las ventanillas de los Departamentos de Vehículos de Motor (DMV) registraron colas récord en estados como Nueva York y California durante las últimas semanas, impulsadas por la urgencia de quienes temen quedarse en tierra. Algunos DMV abrieron turnos adicionales los sábados para procesar la avalancha de solicitudes.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró ante el Congreso que el 81 % de los viajeros ya llega al control con una credencial válida, por lo que “el impacto operativo será limitado”. Quienes todavía no cuenten con un Real ID podrán volar por ahora, pero deberán someterse a un proceso de verificación adicional que incluye preguntas de respaldo y un registro más exhaustivo de equipaje.
¿Qué cambia para el pasajero?
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Separación de filas: Los puntos de control de la TSA habilitarán carriles específicos para personas sin Real ID, lo que podría añadir entre 15 y 40 minutos al tiempo de espera, dependiendo del aeropuerto.
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Documentos alternativos: Pasaportes estadounidenses, licencias de conductor mejoradas de Michigan, Minnesota, Nueva York, Vermont y Washington, así como credenciales tribales, seguirán siendo válidos.
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Menores de 18 años: Los niños que viajen con un adulto no necesitan presentar identificación adicional, tal como ocurre hoy.
Tensiones sobre privacidad e inmigración
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y organizaciones pro-inmigrantes temen que la verificación federal obligue a los estados a actuar como “agentes migratorios de facto”. Licencias expedidas a indocumentados permitidas en lugares como California no serán válidas para volar, lo que, según activistas, aumentará la vigilancia sobre una población ya vulnerable. EFE detalla que la TSA no negará el embarque a extranjeros que opten por la “autodeportación voluntaria”, aunque el procedimiento exigirá controles adicionales.
Un camino lleno de prórrogas
La Ley Real ID se aprobó en 2005, pero su implantación se aplazó cinco veces entre 2008 y 2025 por retrasos tecnológicos y presión política. Voceros de la TSA admiten que la pandemia frenó la modernización de varias oficinas estatales, lo que obligó a trasladar la fecha definitiva al presente año.
Consejos prácticos para los próximos meses
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Verifica tu licencia: Busca la estrella dorada en la esquina superior derecha; si no la tiene, agenda cita en tu DMV lo antes posible.
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Llega con tiempo: La TSA recomienda presentarse cuatro horas antes si viajas sin Real ID y dos horas si ya cuentas con ella.
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Ten un plan B: Lleva pasaporte o documento alterno en caso de problemas con tu licencia.
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Revisa niños y grupos: Asegúrate de que los acompañantes adultos cumplen la norma; de lo contrario, toda la familia pasará por la fila lenta.
Tal como señala la agencia EFE, el Gobierno insiste en que el Real ID no es un carné nacional, sino un estándar mínimo de seguridad. Aun así, la base de datos vinculada a millones de licencias estatales despierta suspicacias sobre privacidad. Para algunos, la nueva estrella en la licencia representa tranquilidad ante amenazas; para otros, un paso más hacia la vigilancia masiva.
Lo cierto es que, con la ley ya en vigor, el reloj corre para los rezagados. Si planeas viajar dentro de Estados Unidos, mejor resuelve tu Real ID cuanto antes… o prepárate para una espera extra bajo la mirada atenta de la TSA.