La mañana de este jueves, una densa humareda negra volvió a elevarse desde la chimenea de la Capilla Sixtina, confirmando que los 133 cardenales electores aún no alcanzan el consenso requerido para elegir al sucesor del difunto papa Francisco. Unas 11 mil personasentre peregrinos, curiosos y turistas abarrotaron la plaza de San Pedro y sus alrededores para presenciar la señal, pese al leve descenso de temperaturas típico de mayo en Roma.
Según la agencia EFE, la Jefatura de Policía de Roma contabilizó cerca de 10 mil asistentes dentro de la plaza y alrededor de mil distribuidos en las calles adyacentes, donde el dispositivo de seguridad incluye anillos de control, detectores de metales y patrullas antimotines que filtran el acceso con agilidad para no entorpecer el flujo de fieles.
La expectación se entiende la historia reciente demuestra que los últimos dos papas fueron elegidos en el segundo día de votaciones Benedicto XVI en 2005 y Francisco en 2013 aunque ninguno en la primera fumata. Los cardenales se encierran dos veces al día para sufragar hasta cuatro rondas diarias y cualquier nombre necesita una mayoría de dos tercios (89 votos) para convertirse en el 267.º pontífice de la Iglesia.
La jornada arrancó con rezos al aire libre, cánticos en varios idiomas y vendedores ambulantes que aprovecharon el fervor ofreciendo “souvenirs de humo” en frascos diminutos. A media mañana, el rumor colectivo se transformó en silencio expectante cuando apareció el humo oscuro que, otra vez, decepcionó a los presentes. “No hay pena; seguimos orando”, decía Martina López, dominicana residente en Milán, quien llegó de madrugada en tren con su familia para “vivir un momento que quizá no se repita en décadas”.
Diversidad inédita en el cónclave
De acuerdo con datos del Vaticano, los 133 electores representan a 70 países récord absoluto y casi un 20 % proviene de Asia y África, regiones que crecieron en peso durante el pontificado de Francisco. El rito mantiene detalles que no cambian cada papeleta porta la leyenda “Eligo in Summum Pontificem”, se pliega en dos partes específicas y se quema con sustancias químicas que generan humo blanco (elección) o negro (sin consenso).
Mientras tanto, las conjeturas sobre los favoritos o papabili suben de tono. Voces internas mencionan al cardenal italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado; al filipino Luis Antonio Tagle, con fuerte respaldo en el Sur Global; y a figuras de perfil más conservador como el húngaro Péter Erdő. No obstante, los veteranos del Vaticano recuerdan que el humo puede sorprender: Karol Wojtyła (Juan Pablo II) y Jorge Mario Bergoglio (Francisco) tampoco encabezaban las quinielas horas antes de su elección.
Impacto económico y logístico
La Oficina de Turismo de Roma calcula que el cónclave podría atraer hasta 200 mil visitantes adicionales si se prolonga el fin de semana, beneficio tangible para hoteles y restaurantes que ya reportan ocupación del 95 %. El Ayuntamiento, por su parte, amplió los horarios del transporte público y habilitó un corredor exclusivo para peregrinos con movilidad reducida.
Mirando hacia la tarde
Tras el almuerzo en la Casa Santa Marta, los cardenales volverán a la Capilla Sixtina para otras dos rondas de votación. Si esta tarde vuelve a brotar humo negro probablemente alrededor de las 6:30 p.m., hora de Roma no sería señal de crisis, sino parte del protocolo. En 1978 hicieron falta ocho fumatas entre Juan Pablo I y Juan Pablo II; en 2025 la Iglesia parece dispuesta a esperar lo que haga falta para designar una figura capaz de equilibrar continuidad y renovación.
Mientras tanto, los fieles continúan instalados con sus termos de café y rosarios, listos para el siguiente capítulo. “Aquí nadie se mueve hasta ver el blanco”, bromea el dominicano José Manuel Batista, cubierto con la bandera tricolor. Porque, como repiten los vendedores de postales “En el Vaticano, el humo es rey, y cada color escribe historia”.