Constitución haitiana propuesta presidente liderará Estado y Gobierno

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La propuesta de Carta Magna que acaba de aterrizar en la mesa del Gobierno haitiano sacude el tablero político reduce la edad mínima para aspirar a la Presidencia de 35 a 30 años, coloca a un gobernador electo al mando de cada departamento y concentra más atribuciones en manos del jefe de Estado. Con un país asediado por las bandas y la emergencia humanitaria, la reforma se anuncia como la gran apuesta para relanzar la gobernabilidad.

Según la agencia EFE, el anteproyecto un documento de 61 páginas entregado esta semana al Consejo Presidencial de Transición pone al presidente simultáneamente como jefe de Estado y de Gobierno y le permite escoger un primer ministro “que le asista”. El texto fija en cinco años la duración de todos los cargos electivos y recorta de tres a dos los senadores por departamento.

¿Por qué importa la edad?

Bajar la valla presidencial rompe con la línea histórica del país la Constitución de 1987 exige 35 años, igual que la mayoría de las cartas fundamentales del Caribe. La jugada abre el juego a una generación más joven, pero también despierta el temor de que se modere el filtro de experiencia en un momento de crisis.

Gobernadores y una descentralización pendiente

El borrador introduce gobernadores elegidos por voto directo para cada uno de los diez departamentos. Esa figura, inexistente hasta hoy, tendría un mandato idéntico al presidencial y articularía un Consejo Interdepartamental encargado de planificar desarrollo y descentralización. En un país donde Puerto Príncipe concentra el poder y la inversión, el movimiento podría equilibrar la balanza… siempre y cuando llegue con recursos y competencias reales, advierten expertos de la Comisión de Venecia, que ya sugirió blindar por Constitución la estabilidad del sistema electoral.

El espinoso tema de la propiedad

Otra novedad se autoriza, por primera vez, la tenencia de bienes raíces a extranjeros residentes y empresas foráneas “para necesidades agrícolas, comerciales o industriales”. El mismo artículo veta, no obstante, la compra de terrenos en la franja fronteriza. Para voces nacionalistas, la enmienda podría disparar la especulación en un mercado ya presionado por el desplazamiento interno; para el Ejecutivo, abre la puerta a inversión fresca.

Una reforma en medio del incendio

Todo ocurre mientras casi 48 % de la población vive en inseguridad alimentaria aguda y más de 300 000 personas han debido abandonar sus hogares por la violencia. Las pandillas controlan gran parte de la capital, la moneda se devalúa y los organismos de socorro reportan “catástrofe” en varios departamentos. En ese contexto, organizaciones civiles cuestionan que no exista todavía un calendario definitivo para el referendo ni garantías de seguridad para votar.

Lo que viene

El Gobierno prometió un “diálogo nacional riguroso y sereno” antes de fijar la fecha de la consulta popular. Sin consenso amplio y sin un despliegue de seguridad que frene a las bandas el referendo podría quedar atrapado, otra vez, en la incertidumbre. Entretanto, el anteproyecto ya sirve de termómetro si Haití logra discutirlo sin violencia, será una señal de que aún hay espacio para construir instituciones legítimas en medio del caos.

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