Construcción RD pide permisos temporales para obreros haitianos

-

El reloj corre y los edificios se quedan a medias la industria de la construcción dominicana enfrenta su mayor cuello de botella en años falta de brazos expertos que puedan cargar block y tirar mezcla con calidad.

Durante una reciente participación televisiva, Eliseo Cristopher, presidente de COPYMECON, fue tajante “Sin mano de obra haitiana regulada, el sector se paraliza”. No es simple retórica; quienes levantan colmados, torres y carreteras saben que los plazos ya se estiran peligrosamente.

La presión numérica es clara. Solo en mayo, el gremio de promotores reportó que el sector tramita 87 000 permisos especiales para regularizar a operarios haitianos y cumplir la cuota 80/20 exigida por la ley laboral dominicana. De los 435 000 empleos que genera la construcción, uno de cada cinco lo ocupa un trabajador extranjero, la mayoría haitianos.

Paradójicamente, la mano que hace falta es la misma que el país está expulsando. Desde octubre de 2024, la República Dominicana ha deportado cerca de 150 000 personas de origen haitiano, según un recuento de Al Jazeera. La arremetida migratoria, diseñada para sacar a 10 000 indocumentados por semana, dejó a la construcción en el aire y disparó los costos las empresas pagan hasta un 25 % más por cuadrillas dominicanas, cuando las encuentran.

Los números macroeconómicos no ayudan. El Banco Central reporta que la actividad construcción acumuló -7,7 % interanual en enero-febrero 2025, en contraste con el modesto crecimiento de 1,5 % del resto de la economía. En otras palabras: cada día que pasa sin hormigón vertido afecta la meta de crecimiento del PIB y frena la creación de empleo indirecto en ferreterías, transporte y servicios.

Analistas internacionales advierten que el fenómeno no es aislado. Un informe de KPMG situó a la República Dominicana entre las economías más vulnerables a la “tormenta perfecta” de tarifas más altas y migración restringida, una combinación que encarece materiales, agudiza la escasez de mano de obra y eleva la inflación del sector.

¿Qué se puede hacer?

  1. Permiso temporero exprés
    El Ministerio de Trabajo podría reactivar la figura del Permiso para Trabajador Temporero (vigencia de un año, renovable) con ventanilla única y trámites 100 % digitales. Eso permitiría fiscalizar ingresos y cotizaciones en la Tesorería de la Seguridad Social sin abrir la puerta a la informalidad.

  2. Alianza formación-oferta
    COPYMECON, INFOTEP y universidades técnicas pueden lanzar programas intensivos de albañilería, encofrado y terminaciones. En dos años se reduciría la dependencia externa, pero el sector necesita un “puente” de mano de obra haitiana mientras los nuevos técnicos se gradúan.

  3. Reingeniería de permisos ambientales
    Constructoras denuncian retrasos de hasta ocho meses en Medio Ambiente. Si el gobierno simplifica esas licencias con plazos perentorios y silencio administrativo positivoel flujo de proyectos podrá absorber mejor a los trabajadores disponibles y reactivar la inversión.

Más allá del obrero

El tema rebasa los muros de una obra. Cada dólar que deja de invertirse en construcción golpea a la economía completa los materiales representan cerca del 9 % de las importaciones no petroleras y la actividad genera más de 100 000 empleos indirectos. La disyuntiva es clara o el Estado habilita un corredor legal y ordenado para la mano de obra haitiana, o el país asume un frenazo mayor en vivienda, turismo e infraestructura.

En la práctica, el gobierno parece quedar sin alternativas. Si quiere cumplir su plan de 50 000 viviendas de interés social y mantener la credibilidad fiscal, tendrá que apostar por una solución pragmática y regulada. De lo contrario, los esqueletos de hormigón seguirán oxidados bajo el sol caribeño, esperando a que alguien, finalmente, les ponga ladrillos.

Lo Más Reciente

MÁS NOTICIAS