Contrabando de 28 400 cigarrillos haitianas detenidas en Dajabón

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La mañana arrancó con movimiento en la línea noroeste cuando soldados del Ejército interceptaron, en el paraje Don Miguel de Dajabón, a dos mujeres haitianas que intentaban eludir el control militar con 141 paquetes de cigarrillos Capital 28 400 unidades en total escondidos en bolsitas de regalo bien coloridas. La mercancía, sin registro sanitario ni fiscal, viajaba a pie para colarse al mercado dominicano.

La captura ocurre en un momento de máxima presión fronteriza: solo en los primeros cinco meses de 2025 la Dirección General de Migración ha repatriado 153 144 ciudadanos haitianos, con un pico de 34 190 en mayo, la cifra mensual más alta del año.

Según los militares destacados, las detenidas en estatus migratorio irregular quedarán bajo custodia de Migración, mientras que el cargamento pasará al Cuerpo Especializado de Control de Combustibles y Comercio de Mercancías (CECCOM) para su destrucción y los procesos judiciales correspondientes.

El decomiso es apenas un grano de arena frente a la avalancha de tabaco ilegal que llega a la isla. Solo en los últimos 30 días, las patrullas conjuntas Ejército-CECCOM incautaron 7 852 560 cigarrillos, la mayoría también de la marca Capital, reflejando un repunte del contrabando que autoridades y fabricantes vienen denunciando desde hace años.

El historial reciente muestra cómo la frontera norte sigue siendo punto caliente en enero de 2024, el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront) entregó a CECCOM un millón de cigarrillos capturados en operativos en la misma franja limítrofe.

Los especialistas advierten que estos cargamentos erosionan las finanzas públicas: cada contenedor ilegal evade hasta un 60 % de impuestos específicos, afectando al fisco y golpeando a la industria tabacalera formal. Además, la propiedad intelectual y las normas sanitarias quedan en el limbo los Capital decomisados carecen de los pictogramas de advertencia obligatorios incrementando riesgos de salud y alimentando redes criminales que también trafican alcohol adulterado y mercancía falsificada.

Mientras el Gobierno expande el plan “Frontera Segura” con más sensores, drones y tropas, la pregunta de fondo persiste ¿bastará la vigilancia militar para cortar el flujo, o hará falta tocar la raíz del negocio la disparidad de precios y el hambre de ganancias fáciles que convierte cada paquete de cigarrillos en una tentación de alto margen?

Por ahora, el caso de Don Miguel se suma a las estadísticas y recuerda que la línea divisoria entre Dajabón y Juana Méndez no solo separa territorios, sino modelos de supervivencia. El Ejército seguirá patrullando; CECCOM, triturando cajetillas; y las autoridades fiscales, contando los millones que se escapan con cada ruta de contrabando que queda viva.

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