La tranquilidad matutina del puesto de chequeo militar de Guanito, en San Juan, quedó rota cuando soldados del Ejército descubrieron un doble fondo soldado con pulso de orfebre bajo un Kia K5 gris. Allí viajaban cien paquetes de cigarrillos marca Capital 20 000 unidades que pretendían colarse sin pagar un centavo de impuestos rumbo al mercado negro dominicano.
Según registros del propio Ejército compilados a principios de mayo los militares ya habían decomisado un alijo de 154 000 cigarrillos en Santiago Rodríguez, prueba de que la ruta del tabaco ilícito está más activa que nunca.
Las cifras respaldan la alerta el contrabando le ha birlado al fisco cerca de RD$30 000 millones entre 2015 y 2024, y hoy tres de cada diez cigarrillos que se consumen en el país entran sin pagar impuestos, de acuerdo con un amplio reportaje de Panorama.
El patrón se repite: compartimentos falsos, llantas huecas y pisos dobles que buscan burlar escáneres y retenes. La ganancia es jugosa un paquete de Capital comprado a 20 pesos haitianos puede revenderse a más de RD$70 en los colmados capitaleños, alimentando redes que mezclan lavado de activos y tráfico fronterizo.
La mercancía incautada será remitida bajo certificación al Cuerpo Especializado de Control de Combustibles (CECCOM). Solo en los últimos 30 días esa dependencia ha recibido casi 7,9 millones de cigarrillos ilegales la mayoría de la misma marca Capital para su destrucción, evidencia de que la ofensiva oficial arreció tras la Ley 17-19 sobre comercio ilícito.
Mientras tanto, mandos militares adelantan que la próxima fase incluirá lectores automáticos de placas y drones de patrullaje en los puntos calientes de la frontera. El arresto de Guillermo Rosario Rosario representa un triunfo táctico; la verdadera victoria llegará cuando la logística del contrabando pierda rentabilidad y la estadística de “tres de cada diez” empiece, por fin, a bajar.