El tráfico de la Shuto Expressway avanzaba con normalidad la tarde del 16 de abril, hasta que una columna de humo blanco convirtió el asfalto en escenario de pesadilla. Al volante iba Honkon, productor musical de 33 años, quien llevaba apenas sesenta minutos disfrutando el Ferrari que le tomó una década ahorrar. El dominó de infortunios comenzó cuando el nuevo propietario creyó que el humo provenía de otro vehículo; segundos más tarde entendió que las chispas venían de su propio 458 Spider. Con el corazón en la boca se orilló, llamó a los bomberos y observó, impotente, cómo las llamas devoraban el deportivo rojo en menos de veinte minutos. A pesar del susto, ni él ni otros conductores resultaron heridos.
Los detalles que circularon luego y que replicaron medios como NDTV y Road & Track añadieron ironía a la tragedia el descapotable está tasado en unos 306 000 dólares y habría sido entregado impecable apenas una hora antes del siniestro.
Aunque la Policía Metropolitana de Tokio descartó colisión o negligencia, la investigación se centra en un posible fallo mecánico. No sería la primera vez que el modelo 458 protagoniza titulares ardientes. En 2010, Ferrari debió retirar 1 248 unidades del 458 Italia porque un adhesivo inflamable en los pasos de rueda podía prenderse fuego con las altas temperaturas del motor. La marca sustituyó el pegamento por remaches metálicos y, en los casos donde las llamas ya habían hecho estragos, ofreció reemplazar el coche a costo cero. Aún está por verse si la unidad de Honkon formaba parte de aquella producción temprana o si se trata de un problema completamente nuevo.
Para los aficionados al motor, el golpe alcanza el orgullo el 458 Spider es el último V8 atmosférico de la firma italiana, capaz de escalar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos. Esa mezcla de potencia y el aura de exclusividad que lo rodea explica por qué el 458 mantiene su valor en el mercado de seminuevos, pese a la edad. De ahí la frustración viralizada por su dueño “Probablemente sea el único en todo Japón que ha vivido algo así”, escribió en redes, acompañando la frase con una fotografía de los restos calcinados.
Ahora bien, más allá del drama personal, el incendio reabre el debate sobre la responsabilidad postventa de las marcas de lujo. En casos previos, Ferrari ha investigado cada siniestro para descartar modificaciones no autorizadas y, cuando se demuestra un defecto de fábrica, ha respondido con agilidad. Si la pesquisa japonesa confirma una falla intrínseca, la firma del Cavallino no solo enfrentaría otro desafío reputacional, sino posibles compensaciones millonarias.