Detenido en Bombay pasajero de Tailandia con 44 serpientes en maleta

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Un viajero que aterrizó en Bombay procedente de Bangkok cayó preso cuando los agentes de aduanas descubrieron 44 víboras de fosetas indonesias de un azul eléctrico que llama la atención, tres víboras cornudas de cola de araña y cinco tortugas de hoja asiáticas escondidas en su maleta facturada. La incautación, realizada la noche del domingo, sorprendió incluso a los veteranos del aeropuerto, más habituados a decomisos de oro y narcóticos que a reptiles altamente venenosos.

Según EFE, las autoridades indias solo han adelantado que el pasajero viajaba en solitario y que el operativo sigue bajo investigación, sin revelar todavía su edad ni la ciudad tailandesa de origen. Los cargos, sin embargo, apuntan a violaciones graves de la Ley de Protección de la Vida Silvestre de India, que contempla penas de hasta siete años de cárcel y fuertes multas.

Documentos de la misma aduana describen la maniobra: los animales viajaban en recipientes de plástico perforados, envueltos en ropa para amortiguar el movimiento. Fuentes internas señalaron que se trató de un “envío por encargo” destinado a coleccionistas clandestinos de reptiles en el oeste indio, un mercado que paga cifras de cinco dígitos por ejemplar raros.

Los datos oficiales muestran que los aeropuertos de Mumbai, Chennai y Calcuta concentran más de la mitad de las rutas de tráfico animal detectadas en el país. A escala global, India figura entre los 10 puntos críticos del contrabando de fauna, de acuerdo con el World Wildlife Crime Report 2024 de la ONU, que destaca que el 54 % de las especies traficadas viajan en equipaje facturado.

En el caso de las especies decomisadas el domingo, la víbora cornuda de cola de araña y la tortuga de hoja asiática están listadas en el Apéndice II de la CITES, mientras la pit viper indonesia figura en el Apéndice III. Todas pasan automáticamente a la lista India de fauna protegida, lo que agrava la imputación por contrabando y crueldad contra los animales.

El aeropuerto de Bombay ya había sido noticia en febrero, cuando otro pasajero fue detenido mientras intentaba sacar de contrabando cinco gibones siamang recién nacidos, primates que solo sobreviven con cuidados especializados.

Para los expertos, este nuevo golpe confirma lo que modelos recientes de la Universidad de Sydney llamaron la atención: los aeropuertos nodales del Sudeste Asiático están “hiperconectados” a mercados consumidores emergentes, volviendo rutas como Bangkok–Bombay en corredores de alto riesgo.

Mientras la investigación avanza, las autoridades indias estudian repatriar los reptiles o enviarlos a centros especializados; ningún zoológico local cuenta hoy con capacidad para más de cuarenta serpientes venenosas de golpe. El caso, a juicio de organizaciones ambientales, subraya la urgencia de reforzar la cooperación entre Aduanas, aerolíneas y plataformas de comercio electrónico para atacar no solo al “mula” ocasional, sino también a las redes de compradores que alimentan este lucrativo y letal negocio.

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