La Casa Blanca anunció este martes una orden ejecutiva que restringe el acceso a fondos federales para estudios de “ganancia de función” aquellos que modifican patógenos para evaluar su potencial pandémico y refuerza la supervisión ética de este tipo de proyectos. El Ejecutivo destaca que la medida busca “evitar la próxima pandemia” sin sofocar la innovación biomédica. En paralelo, el Departamento de Educación notificó a la Universidad de Harvard que no recibirá nuevas subvenciones públicas mientras no subsane presuntas violaciones de normas federales de seguridad en laboratorio.
Organizaciones científicas temen que la prohibición frene avances en virología, pero defensores de la bioseguridad celebran el paso como “prudente y necesario” tras las disrupciones del SARS-CoV-2. Expertos consultados por KFF Health News advierten que el impacto dependerá de los criterios de excepción que determine el NIH y de si el Congreso asigna recursos para aumentar la capacidad de inspección de biolabs. También alertan de posibles “fugas de talento” hacia Europa y Asia, donde los programas de investigación no se verían afectados por la nueva regla.