El país aún no se repone de la catástrofe ocurrida en el reconocido centro nocturno Jet Set, donde el derrumbe del techo durante una presentación de merengue cobró la vida de 221 personas y dejó más de 180 heridas. Entre el dolor y la incertidumbre, los dominicanos presenciaron la llegada de un grupo de bomberos puertorriqueños que, sin titubear, se unió a las tareas de rescate y búsqueda de sobrevivientes en el lugar de los hechos.
Tal como publica deultimominuto, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, recibió con honores a los doce miembros de su equipo de bomberos en el Aeropuerto Regional Comandante Fernando Luis Ribas Dominicci. Aquellos hombres y mujeres habían respondido a la petición del presidente Luis Abinader, quien buscaba refuerzos con experiencia para enfrentar un escenario tan doloroso. Las autoridades puertorriqueñas reconocieron su valentía y compromiso, resaltando las largas jornadas que trabajaron sin tregua para remover escombros y apoyar a las autoridades dominicanas en la localización de víctimas.
Este tipo de colaboración no surge de la noche a la mañana. Varios reportes de instituciones como la Cruz Roja y el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) señalan que la coordinación rápida entre gobiernos y brigadas especializadas puede evitar pérdidas humanas aún mayores. En los últimos años, personal de distintas islas del Caribe ha aprendido a actuar en conjunto, sobre todo después de los estragos ocasionados por desastres naturales y accidentes donde la velocidad de respuesta puede hacer la diferencia.
El teniente Joel Figueroa, líder de la misión puertorriqueña, dejó claro que no hubo tiempo que perder: aterrizaron, se enfocaron en la operación y permanecieron en acción sin apenas cerrar los ojos. Mientras se investiga por qué el techo del Jet Set cedió en pleno espectáculo, los testigos aseguran que el desconsuelo se apoderó de la zona. Aun así, los bomberos de Puerto Rico se mostraron listos para arriesgarlo todo y, según algunos vecinos del lugar, ofrecieron un rayo de esperanza en medio de la tragedia.
Por otro lado, las autoridades dominicanas han emprendido una verificación técnica para determinar cómo prevenir sucesos similares en el futuro. Ingenieros civiles y expertos en construcción revisan planos y estructuras de centros de entretenimiento, recordando que la prevención se vuelve innegociable cuando la vida de tanta gente está en juego. Todo apunta a reforzar medidas de seguridad y supervisiones constantes, sin descuidar el mantenimiento de los edificios más antiguos. Con este retorno heroico, la hermandad entre boricuas y dominicanos queda una vez más demostrada, resaltando que las verdaderas fronteras desaparecen cuando de salvar vidas se trata.