Estados Unidos revoca la visa a Óscar Arias, exmandatario y Nobel de la Paz, desatando polémica en Costa Rica

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Las aguas políticas en Costa Rica se han agitado con fuerza después de que a varias figuras destacadas se les revocara la visa estadounidense sin anuncios formales. La situación no solo repercute en antiguos mandatarios, sino también en otros actores públicos que, de pronto, se encuentran con la puerta cerrada hacia el norte.


Tal como informó EFE, el expresidente y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias Sánchez, confirmó haber recibido un correo electrónico donde se le notifica el retiro de su visa, desconociendo de momento las razones que respaldan la medida. También se supo que el exgobernante ha lanzado duras críticas hacia la administración de Donald Trump y la manera en que Estados Unidos ha gestionado la confrontación entre Rusia y Ucrania.


Algunos especialistas consultados por medios internacionales han apuntado que, desde hace varias décadas, Washington no pierde ocasión de marcar diferencias con quienes cuestionan su posición en la geopolítica mundial. En el caso de Costa Rica, la controversia se ha intensificado luego de que, además de Arias, se vieran afectados diputados de distintas fracciones políticas y funcionarios de alto rango que alguna vez manifestaron interés —o al menos no objetaron— la participación de la empresa china Huawei en el desarrollo de redes 5G.

Según datos difundidos por organismos de análisis tecnológico, el debate sobre la inclusión de compañías chinas en infraestructura sensible se ha vuelto recurrente en toda la región. Algunos gobiernos optan por vetar a empresas de procedencia asiática, argumentando amenazas a la seguridad cibernética. Costa Rica parece inclinar la balanza del lado estadounidense, sobre todo desde que Rodrigo Chaves promulgó un decreto limitando la participación de actores extranjeros que no adhieren a convenios internacionales de ciberseguridad.

En tanto, se recuerda que en 2007, el mismo Arias impulsó relaciones formales con China que llevaron a la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC). Algunos analistas locales sospechan que esa apertura hacia Pekín y la histórica libertad con que se maneja la diplomacia costarricense podrían haber influido en las decisiones que Washington tomó en fechas recientes.

A pesar de que las autoridades estadounidenses se resisten a emitir comentarios detallados, no se descarta que la postura de Arias en redes sociales y la eventual incidencia de China en servicios críticos sigan elevando la tensión entre ambos países. Fuentes cercanas al ámbito político costarricense aseguran que estos roces no son nuevos, pero las repercusiones de cancelar visas a figuras prominentes han avivado el debate público y generan preocupación sobre la soberanía nacional.

Organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han insistido en la necesidad de aclarar los criterios de sanciones migratorias, pues podrían afectar libertades civiles fundamentales. Otros sectores, sin embargo, respaldan la movida como parte de la estrategia de protección que Estados Unidos ejerce ante posibles riesgos a su infraestructura tecnológica.


En Latinoamérica, es común ver a Estados Unidos actuar con firmeza cuando estima que sus intereses estratégicos pudieran verse vulnerados. Analistas del Instituto de Estudios Internacionales de la República Dominicana sostienen que este escenario, más que aislado, evidencia la pugna por el control de tecnologías clave en la era de las telecomunicaciones de quinta generación.


Representantes del Gobierno de Rodrigo Chaves han defendido las restricciones, argumentando que priorizan la seguridad de datos de la ciudadanía costarricense, pero el panorama continúa repleto de interrogantes. De un modo u otro, este revuelo ha puesto sobre la mesa el alcance del poder diplomático de la Casa Blanca y el delicado equilibrio que naciones como Costa Rica mantienen entre la influencia de Estados Unidos y la creciente presencia económica de China.

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