FAA frena vuelos en Newark por fallo de radar y planea recortes

-

Un nuevo tropiezo tecnológico obligó a la Administración Federal de Aviación (FAA) a paralizar brevemente, la mañana de este domingo, las operaciones en el Aeropuerto Internacional Newark Liberty, el más activo de Nueva Jersey. Los aterrizajes y despegues quedaron en pausa justo al amanecer, dejando a cientos de pasajeros con el déjà vu de una congestión que ya se siente crónica en la terminal.

Según reportó la agencia EFE, la orden se emitió a las 8:15 a. m., cuando un fallo de telecomunicaciones en el centro TRACON Area C de Filadelfia dejó a los controladores sin información de radar suficiente para guiar el tráfico que entra y sale de Newark. Una situación casi calcada a la del 28 de abril, cuando otro apagón de 90 segundos provocó retrasos en cadena.

La FAA confirmó que el radar volvió a enviar datos estables luego de unos minutos y reanudó el flujo aéreo. Aun así, la agencia admite que el aeropuerto viene arrastrando problemas desde mediados de abril promedia 34 cancelaciones diarias y los atrasos se disparan a medida que cae la tarde, pasando de cinco demoras en la mañana a 16 de noche, con esperas de entre 85 y 137 minutos.

Frente a ese panorama, el secretario de Transporte, Sean Duffy, anunció que en “las próximas semanas” recortará el número de vuelos programados hacia y desde Newark, sobre todo en las franjas vespertinas, cuando coinciden los arribos de rutas internacionales y el tráfico local se vuelve inmanejable. El funcionario también adelantó que habrá un ajuste similar si las aerolíneas no logran estabilizar sus horarios.

Duffy no solo piensa en tijeras de horarios. Para atacar la escasez de unos 3 000 controladores aéreos vacante que él mismo califica de “crítica” propone extender la edad obligatoria de retiro de 56 a 61 años y ofrecer un bono inicial del 20 % a quienes acepten seguir en la cabina de control unos años extra.

La idea, sin embargo, no convence a todos. El sindicato NATCA sostiene que estirar la edad de retiro no resuelve la raíz del problema y que se necesita invertir en reclutamiento y formación, no solo retener personal al borde del retiro.

En paralelo, el gobierno de Trump puso sobre la mesa un plan multibillonario para modernizar la red de tráfico aéreo: seis nuevos centros de control y mejoras digitales en todas las instalaciones durante los próximos cuatro años. La FAA insiste en que la inversión es inaplazable para evitar que fallas como la de Filadelfia se repitan y escalen.

Mientras tanto, otros aeropuertos sufren salpicaduras del mismo caos. Este domingo, la FAA también ralentizó llegadas en el Hartsfield-Jackson de Atlanta por un inconveniente en el equipo de pista, un recordatorio de que los dolores de cabeza no son exclusivos de Newark.

Europa ya experimenta salidas tecnológicas que podrían inspirar a EE. UU. controles remotos o remote towers operan aeropuertos de menor tráfico desde centros digitales, reduciendo costos y vulnerabilidades de infraestructura física.

Ojo, la solución no será de la noche a la mañana. La propia FAA calcula que entrenar a un nuevo controlador toma hasta tres años, y la industria enfrenta una demanda de viajes que crece más rápido que su capacidad de gestión. Por ahora, la promesa es simple menos vuelos programados, pero mayor seguridad y puntualidad. Falta ver si el pasajero, harto de esperar horas sin despegar, siente realmente la diferencia cuando toque abordar.

Lo Más Reciente

MÁS NOTICIAS