Falsa boda en Disneyland París con una niña desata investigación

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Un supuesto enlace matrimonial celebrado de madrugada en Disneyland París terminó en un operativo policial que todavía da de qué hablar. Empleados del parque, al notar que la “novia” era una niña ucraniana de apenas nueve años, dieron la voz de alarma y frenaron de golpe la fiesta, que reunía a un centenar de invitados contratados como figurantes.

Según la agencia EFE, la policía detuvo al presunto novio, un británico de 22 años, a la madre de la menor y a dos cómplices letones. Los exámenes médicos confirmaron que la pequeña no sufrió agresiones físicas, pero la Fiscalía de Meaux mantiene abierta la investigación para aclarar si se buscaba grabar un video o encubrir algo más turbio.

Más allá del escándalo puntual, el caso vuelve a poner sobre la mesa la línea roja que Francia trazó hace dos décadas nadie puede casarse antes de cumplir 18 años, sin excepciones de consentimiento parental. La reforma de 2006 cerró la puerta a los matrimonios infantiles y se convirtió en referencia para otros países europeos que aún lidian con vacíos legales.

Disneyland, por su parte, exige que los menores de 12 años estén siempre bajo supervisión adulta y que cualquier evento privado respete protocolos estrictos de protección infantil. Las reservas fuera de horario, como la de esta falsa boda, incluyen cláusulas específicas sobre la naturaleza del acto y la edad de los participantes normas que, a juzgar por lo ocurrido, se saltaron a la torera.

Las puestas en escena con niñas vestidas de blanco no son nuevas campañas de ONG han utilizado bodas simuladas para denunciar la realidad de los casi 12 millones de menores que se casan cada año, sobre todo en zonas de conflicto o migración. Sin embargo, en Europa occidental siguen apareciendo casos reales que desafían a las autoridades; Alemania, por ejemplo, reconoció en 2019 que su ley contra el matrimonio infantil apenas había reducido la práctica entre comunidades migrantes.

De confirmarse que todo era un montaje publicitario, los implicados podrían enfrentar cargos por corrupción de menores y falsificación de documentos. Y aunque Disney se deslinde alegando que la empresa actuó de inmediato, la noticia ya impacta su reputación como “el lugar más feliz del mundo”. Mientras tanto, la pequeña vuelve con su madre a Ucrania bajo supervisión judicial, y Francia recuerda que las bodas de cuento de hadas no deben poner en riesgo la infancia de nadie.

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