Francia envía 2.000 MW a España tras apagón ibérico

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La tarde de este lunes, mientras semáforos, trenes y ascensores permanecían a oscuras en media Península, la red francesa de transporte eléctrico (RTE) abrió el grifo al máximo y despachó un pico de 2.000 megavatios (MW) hacia España a través de las interconexiones de Cataluña y el País Vasco. La inyección permitió estabilizar la frecuencia del sistema ibérico y acelerar los trabajos de reposición tras el corte, que también afectó a Portugal y parte del sur de Francia.

Tal como detalla la agencia EFE, RTE fue escalonando la ayuda primero ofreció 950 MW, luego subió a 1.400 MW y finalmente duplicó la potencia cuando Red Eléctrica de España (REE) confirmó la magnitud de la avería.

La causa del apagón aún está bajo la lupa, aunque REE y su homóloga portuguesa, REN, descartan por ahora un ciberataque. Informes preliminares apuntan a un extraño “vibreo atmosférico” sobre líneas de muy alta tensión en el interior peninsular; las oscilaciones desincronizaron la red europea y forzaron la desconexión automática del enclave ibérico durante casi una hora, según reconstruye The Guardian.

Para los operadores, la rápida capacidad de Francia de suministrar hasta el 4 % de la demanda punta española es la prueba de que las interconexiones funcionan como seguro de vida. No obstante, la cuerda floja quedó expuesta: España camina hacia un mix eléctrico 81 % renovable en 2030, lo que exige más almacenamiento, gestión de demanda y enlaces internacionales sólidos.

Las primeras consecuencias políticas no se hicieron esperar. El ministro español de Transición Ecológica convocó a su par francés para revisar los protocolos de contingencia, mientras en Bruselas se reaviva el debate sobre duplicar la capacidad de interconexión con la Península antes de 2030 objetivo que hoy ronda el 8 % cuando el mínimo recomendado por la Comisión es 15 %. Expertos consultados por CNN subrayan que cada gigavatio adicional reduce tanto el riesgo de apagones como el precio medio del mercado mayorista.

En paralelo, RTE desmintió rotundamente los rumores de un incendio entre Perpiñán y Narbona falsa pista que corrió como pólvora en redes y confirmó que todas las protecciones actuaron “según diseño”. La compañía francesa insiste en que seguirá “colaborando al máximo” mientras duren las indagatorias y REE completa el análisis forense de sus líneas de 400 kV.

Lo ocurrido deja dos lecciones claras para la región: primero, que la electrificación masiva requiere redes más flexibles y resilientes; y segundo, que la solidaridad energética europea no es un eslogan, sino un salvavidas tangible cuando las luces se apagan.

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