El sábado amaneció con Oscar Piastri recordándoles a todos por qué está al frente del Mundial el australiano voló en la tercera práctica libre y clavó un 1:12.387 sobre los 4.675 km del Circuit de Barcelona-Catalunya, dejando a su compañero Lando Norris, segundo en el campeonato, a más de medio segundo. El monegasco Charles Leclerc cerró el trío de punta con la goma blanda recién estrenada.
Según la agencia EFE, Piastri encabeza la tabla con cuatro victorias y apenas tres puntos de colchón sobre Norris, mientras McLaren disfruta de un dominó estadístico que pocos hubiesen pronosticado a inicio de temporada. Esa superioridad se refleja también en la clasificación de constructores, donde la escudería de Woking le saca 172 unidades a Mercedes.
Las cifras pintan un panorama retador para Max Verstappen el neerlandés, que ostenta cuatro triunfos en Montmeló y el récord de vuelta de carrera (1:16.330), llega 22 puntos detrás de los papayas. Para colmo, el dato histórico no favorece la remontada 24 de las últimas 34 ediciones en Cataluña fueron ganadas desde la ‘pole’, de acuerdo con Reuters.
Más allá del pulso en la cima, el trazado catalán 16 curvas que combinan secciones de alta carga y giros técnicos obliga a los ingenieros a hilar fino con la degradación de neumáticos. En promedio, un paso por boxes penaliza 19,6 segundos, por lo que las paradas tardías suelen dejar sin margen de maniobra a los rezagados.
En casa, Fernando Alonso y Carlos Sainz cargarán con el aliento de las gradas, pero la realidad es dura el asturiano todavía no ha puntuado este año y Ferrari llega intentando frenar la marea naranja de McLaren. Si algo puede igualar la balanza esta tarde es la imprevisibilidad del viento en la recta principal, campo minado para la estabilidad trasera y los ajustes de alerones de última hora.
Con la clasificación a la vuelta de la esquina, Piastri parte como favorito para la pole. Sin embargo, Montmeló no perdona errores un pequeño desliz en la curva 3 o un bloqueo en la frenada de La Caixa pueden mandar al traste un sábado que, a tenor de la estadística, suele decidir medio Gran Premio. Todo indica que la batalla interna en McLaren está más encendida que nunca, y la Q3 será el escenario perfecto para medir quién tiene los reflejos y la sangre fría para mantener el liderato rumbo a la novena cita del calendario.
