Las sirenas volvieron a romper la madrugada persa. Entre el estruendo de misiles que cayeron sobre barrios residenciales y complejos estratégicos, Teherán confirmó que al menos 45 mujeres y niños fallecieron y otros 75 resultaron heridos desde el viernes, cuando Israel intensificó su ofensiva aérea contra territorio iraní. La vocera del Gobierno, Fatemeh Mohajerani, denunció que “esta guerra impuesta golpea deliberadamente a la población civil”, mientras los hospitales del oeste del país se abarrotan de heridos.
Según la agencia EFE, el balance global de víctimas ya supera las 224 personas muertas y 1 257 heridas en apenas tres días de ataques. Las cifras siguen moviéndose al alza a medida que los equipos de rescate despejan escombros en Natanz, Fordow y varios barrios del sur de Teherán.
Uno de los golpes más sensibles ocurrió esta mañana en el hospital Farabi de Kermanshah por lo menos una decena de pacientes que esperaban cirugía resultaron heridos cuando un misil atravesó la fachada de la sala de maternidad. El recinto quedó fuera de servicio y los pacientes fueron trasladados a centros improvisados en escuelas cercanas. Medios locales publicaron imágenes de incubadoras calcinadas, desatando indignación en redes sociales.
Irán respondió con una octava andanada de misiles y drones que impactó infraestructuras civiles y un complejo energético en Haifa. Las autoridades israelíes reconocen al menos 18 fallecidos y decenas de heridos en Tel Aviv y la bahía norte. Mientras tanto, el sistema antiaéreo israelí reportó haber interceptado “más del 70 %” de los proyectiles iraníes, pero no pudo evitar que parte de la metralla alcanzara edificios de apartamentos.
La escalada ya tocó puntos neurálgicos el bombardeo israelí sobre Natanz dañó talleres subterráneos y líneas eléctricas clave, aunque la OIEA asegura que no se ha detectado contaminación radiactiva. Expertos militares señalan que Israel empleó munición antibúnker de última generación, un tipo de arma que hasta ahora solo había usado contra túneles de Hamás en Gaza.
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia. Irán acusó a Washington de “complicidad directa”, mientras Estados Unidos insistió en que Teherán “sería prudente” si regresara a la mesa nuclear. Las potencias europeas, por su parte, reclamaron “alto el fuego inmediato” y ofrecieron mediación junto a Turquía.
¿Qué se perfila ahora? Analistas en Doha y Bruselas coinciden en que ambos bandos persiguen victorias simbólicas antes de abrir la puerta a negociaciones. Para Teherán, mantener su defensa aérea intacta es crucial; para Israel, degradar la capacidad misilística iraní ya reducida, según inteligencia británica, en un tercio robustece su narrativa de disuasión. El riesgo, advierten las ONG humanitarias, es que la ventana diplomática se cierre si los ataques a hospitales y zonas residenciales se normalizan y convierten a civiles en moneda de cambio.
A corto plazo, las conversaciones giran alrededor de tres frentes la protección de infraestructuras médicas, la seguridad de instalaciones nucleares y el ingreso de ayuda humanitaria. Mientras no se pacten corredores seguros, la población sobre todo mujeres y niños seguirá pagando un precio que, con 45 vidas segadas en apenas 72 horas, ya resulta demasiado alto.