El “domo” de altas presiones que ha estacionado sobre la fachada suroccidental de Europa está disparando los termómetros a niveles más propios de agosto. En Sevilla y Badajoz ya se han rozado los 43 °C y el calor amenaza con extenderse hacia Francia, Alemania y los Balcanes durante el fin de semana.
Según la agencia EFE, este anticiclón seco, extenso y persistente actúa como una campana que atrapa el aire recalentado cerca del suelo e impide su disipación. El meteorólogo Francisco Martín, de Meteored, advierte de que “junio apunta a batir récords y podría superar el histórico de 2017”, un escenario que la AEMET ya clasifica como ola de calor técnica en España.
El fenómeno no se limita a la península ibérica. Portugal ha colocado en aviso naranja a la mitad sur del país; en Beja se esperan 43 °C, mientras que Évora y Setúbal oscilarán entre 39 °C y 42 °C, según el IPMA. Francia tampoco se libra: Meteo France prevé 38 °C en Montpellier y 37 °C en Lyon, y las tormentas violentas que barrieron el país dejaron dos fallecidos y al menos 17 heridos.
Más allá del termómetro, los riesgos se multiplican. El calor extremo eleva la concentración de ozono troposférico, aumenta la probabilidad de incendios forestales y, con la atmósfera inestable, potencia episodios convectivos severos como los registrados al sur de París. Las autoridades sanitarias de España, Francia e Italia insisten en hidratarse con frecuencia y evitar la exposición en las horas centrales.
La ciencia apunta al cambio climático como el gran acelerador del problema. Un análisis de Climate Central calcula que esta ola era al menos cinco veces menos probable sin la influencia del calentamiento global. Otros estudios, citados por el Financial Times, muestran que los “heat domes” se han triplicado en frecuencia y duración desde la década de 1950.
Los modelos sugieren que el domo podría deslizarse hacia Austria, Hungría y Dinamarca la próxima semana, llevando el mercurio a niveles récord también en el centro-norte de Europa. De confirmarse, junio de 2025 consolidaría una tendencia alarmante los veranos empiezan antes y con mayor intensidad, recortando cada año la “canícula” tradicional.
Para enfrentar la situación, la AEMET recomendará activar planes de emergencia locales con especial atención a mayores, niños y trabajadores al aire libre; Portugal reforzará sus retenes anti-incendios en el Algarve y el Alentejo, y Francia mantendrá sus protocolos de alerta canícula hasta que la masa de aire sahariano se desplace o debilite. Si vive en Europa y escucha el zumbido incesante del aire acondicionado, sepa que no es un lujo, sino la nueva realidad climática que, de continuar la tendencia, vendrá “más temprano y más duro” cada año, como resume el propio Francisco Martín.