Hunter Wendelstedt hospitalizado tras violento foul ball la MLB vuelve a mirarse en el espejo de la seguridad arbitral

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Un silencio pesado se apoderó del Target Field cuando, en la séptima entrada del duelo entre Mellizos y Mets, una línea de casi 100 mph salió del bate de Tyrone Taylor y aterrizó —sin misericordia— en el rostro del umpire Hunter Wendelstedt. El veterano oficial de 53 años cayó de inmediato, generando una escena que puso a jugadores y fanáticos a rezar en conjunto.

Según reseñó el portal dominicano deultimominuto, el personal médico de Minnesota actuó al instante y, tras varios minutos de tensión, Wendelstedt consiguió abandonar el terreno por su propio pie, con una toalla presionada sobre la sien izquierda y visiblemente aturdido. El jefe de la tripulación, Todd Tichenor, confirmó que su colega ingresó al protocolo de conmoción cerebral y fue trasladado al hospital para estudios adicionales. “Ojalá todo quede en unos puntos de sutura”, declaró el árbitro a la prensa tras el encuentro.

La preocupación era comprensible: Wendelstedt suma 28 temporadas impartiendo justicia en las Mayores y forma parte del pequeño grupo de árbitros que superan las 3 000 apariciones en Grandes Ligas. Su experiencia, valorada por peloteros y managers, hizo aún más crudo el impacto de la escena. La propia MLB confirmó horas después que el umpire se mantenía “de buen ánimo” mientras continuaban las evaluaciones médicas.

No es la primera vez que el béisbol vive un susto de esta magnitud. En 2023, Larry Vanover pasó la noche en observación tras recibir un tiro de relevo en la cabeza durante un Yankees‑Guardians en Cleveland, un recordatorio de que la vulnerabilidad no distingue jerarquías en el diamante.

La liga exige desde 2011 pruebas neurocognitivas de base para todos sus árbitros y jugadores, un protocolo que permite comparar funciones cerebrales antes y después de un golpe y facilita decisiones médicas más precisas. Aun así, la realidad demuestra que la prevención tiene límites: cascos y caretas se han discutido para umpires de bases, pero la resistencia cultural —y la dificultad de reaccionar a bolas que viajan a triple dígito— mantienen la idea en la cuerda floja. El propio Tichenor aseguró que “un foul así de duro, simplemente, te encuentra donde menos lo esperas”.

El golpe a Wendelstedt también revive el debate sobre la carga de trabajo de las cuartetas. Con mayor velocidad de bateo y menos tiempo entre lanzamientos, los árbitros recorren más terreno en menos segundos. Investigaciones internas de la MLB revelan que, aunque los incidentes graves son escasos (menos de una decena en la última década), cada temporada se reportan decenas de golpes menores que no trascienden a los titulares pero sí al expediente médico de los oficiales. Documentos como la Umpire Media Guide 2024 advierten que la fatiga acumulada puede reducir milisegundos vitales de reacción.

A nivel de campo, la reacción de los protagonistas fue unánime. Taylor —quien intentó disculparse de inmediato— y el mánager de los Twins, Rocco Baldelli, coincidieron en la necesidad de “cuidar a quienes hacen posible el juego”. Para los aficionados dominicanos, el incidente trae ecos de la muerte del coach Mike Coolbaugh en 2007, hecho que motivó la obligatoriedad de cascos para los coaches de líneas. Sin embargo, esa medida aún no alcanza a los umpires de bases.

En lo deportivo, el compromiso se reanudó con Adam Hamari moviéndose de la intermedia a la inicial para completar la faena —victoria 4‑3 de Minnesota—, mientras la fanaticada contenía el aliento. Los Mets, que batallan por mantenerse en la pelea del Este, enviaron mensajes de apoyo tras el duelo. “Lo importante hoy no fue el marcador, sino que Hunter esté bien”, declaró el dirigente neoyorquino.

Expertos en medicina deportiva consultados por la Baseball Research & Safety Coalition estiman que incorporar cascos ligeros con espuma de absorción a los árbitros de las esquinas reduciría hasta un 60 % la fuerza transmitida por impactos directos. La idea se ha probado en ligas independientes, pero la Asociación de Umpires de MLB insiste en que cualquier aditamento debe permitir plena movilidad y visibilidad, condiciones que los prototipos actuales aún no cumplen.

Por ahora, el béisbol espera nueva información sobre la evolución de Wendelstedt. Si todo marcha bien, podría volver al terreno en un par de semanas, aunque cada caso de conmoción es distinto. Lo cierto es que el tablazo del miércoles no solo sacudió a un hombre; también golpeó la conciencia de un deporte que, entre la tradición y la ciencia, sigue buscando la forma de proteger a todos los que pisan el diamante.

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