Los jardines de la Casa Blanca fueron el escenario de un mensaje contundente este jueves Tom Homan, el llamado “zar de la frontera” del presidente Donald Trump, admitió que las actuales cifras de detención de inmigrantes le saben a poco. Para corregir el rumbo, dijo, el Gobierno ha multiplicado los equipos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y ampliado la lista de operativos que ya se despliegan en todo el país.
Según la nota original de la agencia EFE, Homan prevé “un rápido aumento” de arrestos y adelantó que las llamadas ciudades santuario verán más agentes federales patrullando vecindarios y centros de trabajo en las próximas semanas. La presión política y electoral para cumplir la promesa de deportar a millones de indocumentados marca la urgencia de la nueva fase.
La orden de apretar el acelerador llegó acompañada de una sacudida interna el Washington Post y Axios informaron hoy de la destitución de dos altos mandos de ICE después de que la agencia quedara muy por debajo de la meta oficial apenas 660 arrestos diarios, frente al objetivo renovado de 3 000. Con los relevos, la Casa Blanca busca un equipo “dispuesto a triplicar esfuerzos” y a cumplir la meta de un millón de expulsiones en un año.
Homan, por su parte, dejó claro que la ofensiva no discriminará códigos postales. Prometió “inundar la zona” en los bastiones que se niegan a colaborar con ICE, un mensaje que ya venía repitiendo en entrevistas televisivas esta semana.
El Departamento de Seguridad Interna también estrenó una táctica más agresiva dentro de los tribunales agentes enmascarados detienen a solicitantes de asilo justo al salir de sus audiencias, para colocarles en un proceso de expulsión expedita. Abogados de inmigración denuncian que la maniobra vulnera el debido proceso y aviva el temor entre quienes seguían presentándose voluntariamente ante la justicia.
En paralelo, la Administración presume de un “camino voluntario” para salir del país el programa CBP Home una aplicación móvil que ofrece desde boletos de avión hasta un estipendio de 1 000 dólares ya suma miles de registros, según cifras oficiales. Quienes se apunten quedan temporalmente fuera de la mira de ICE, una oferta que el Gobierno presenta como ahorro para el contribuyente y vía “más humana” de retorno.
Para organizaciones de derechos civiles, sin embargo, la mezcla de redadas, cortes y apps no reduce el clima de miedo. Grupos en Chicago, Minneapolis y otras ciudades reportan clases de “Conozca sus derechos”, redes de monitoreo y planes de emergencia para niños ciudadanos. “La gente está encerrada, pero no paralizada”, resumió la activista Yess Gómez en un foro comunitario.
A tres meses de las elecciones legislativas, la apuesta de Trump y Homan es clara demostrar mano dura con cifras récord antes de que los votantes vayan a las urnas. La incógnita es si la estrategia resistirá los retos legales que ya asoman y el costo político de las imágenes de agentes encapuchados sacando familias de los tribunales. Mientras tanto, el mensaje a los indocumentados es inequívoco o se van por las buenas, o el Gobierno planea llegar por ellos con todo su peso federal.