Importación de arroz desde EE. UU. se desploma 77 % en el primer trimestre de 2025

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La factura aduanal del arroz estadounidense que entró a la República Dominicana entre enero y marzo de 2025 totalizó apenas US$4,1 millones, contra los US$17,9 millones registrados en igual periodo de 2024. La diferencia unos US$13,8 millones equivale a una contracción del 77 %, el mayor retroceso interanual desde que existe el registro digital de la Dirección General de Aduanas.

El giro contrasta con la proyección de que la eliminación definitiva de los aranceles prevista en el DR-CAFTA a partir del 1.º de enero inundaría el mercado local con cereal importado. La realidad fue distinta gracias al decreto 693-24, promulgado el 17 de diciembre de 2024, que fijó una cuota libre de gravamen de 23 300 toneladas métricas y aplicó un arancel de 99 % ad valorem a cualquier volumen adicional.

Esa medida encendió las alarmas en Washington. El National Trade Estimate Report 2025 del USTR advierte que el decreto “podría socavar los compromisos asumidos” bajo el tratado y confirma que el tema se trata de forma bilateral. Por ahora no se han iniciado procedimientos formales, pero exportadores de Arkansas y Luisiana presionan para que se abra un panel de controversias.

En el frente doméstico, el decreto ha dado aire a los más de 30 000 productores distribuidos en 21 provincias. El Ministerio de Agricultura informó que, con la campaña de variedades certificadas y siembras mecanizadas, la cosecha 2025 aspira a superar los 15 millones de quintales suficiente para cubrir el consumo interno estimado en 13 millones. La meta fue ratificada el pasado 3 de mayo por el presidente Luis Abinader al iniciar la zafra en Bonao.

Las proyecciones externas respaldan el repliegue de las importaciones. El más reciente Grain and Feed Annual del USDA recorta la previsión de compras externas a 45 000 toneladas para el ciclo 2025/26, citando la mayor oferta local y las nuevas barreras arancelarias.

Implicaciones a corto y mediano plazo

  • Estabilidad de precios. Con inventarios estables y cosecha récord en curso, los molinos mantienen el precio del paddy sin presiones alcistas; una señal positiva para la inflación alimentaria.

  • Riesgo comercial latente. Si EE. UU. formaliza su queja, la República Dominicana podría enfrentar represalias o verse obligada a negociar un ajuste de la cuota. El precedente marcaría futuros debates sobre otros rubros sensibles.

  • Productividad vs. protección. El arancel de 99 % ofrece un respiro coyuntural. Sin mejoras sostenidas en riego, mecanización y financiación, la ventaja competitiva local podría erosionarse cuando el escudo se retire o se flexibilice.

La drástica caída de las importaciones demuestra que la política arancelaria puede influir de forma inmediata en los flujos de mercancías. Sin embargo, garantizar la autosuficiencia y la competitividad del sector arrocero dominicano exigirá algo más que una barrera dependerá de continuar elevando rendimientos, reducir costos de producción y asegurar financiamiento oportuno para los pequeños y medianos productores.

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