Anoche, entre el desconcierto y el caos, el colapso parcial del techo de la reconocida discoteca Jet Set encendió todas las alarmas en Santo Domingo. La concurrencia en ese momento disfrutaba de una actividad musical, cuando la estructura cedió y provocó escenas de confusión y auxilio. Inmediatamente, cuerpos de emergencias y voluntarios se presentaron para socorrer a los heridos, quienes fueron llevados a diversos centros de salud de la ciudad.
Tal como expuso Listín Diario, basándose en la cobertura de la periodista Doris Pantaleón, los hospitales públicos y privados recibieron a decenas de víctimas con lesiones de distinta gravedad. El operativo incluyó desde especialistas en traumatología hasta equipos de salud mental, quienes se aseguraron de brindar un trato humano y rápido en medio de la adversidad. Los servicios de emergencia se desplegaron a gran escala, reforzados por instituciones como el Hemocentro Nacional, la Cruz Roja Dominicana y diversos bancos de sangre que hicieron un llamado urgente a la población para que se animara a donar y suplieran la alta demanda de hemoderivados.
El Sistema Nacional de Atención a Emergencias 911, que opera en el país desde 2014 según registros del propio Ministerio de la Presidencia, formó parte fundamental de la primera respuesta, coordinando ambulancias, bomberos y equipos especializados para labores de rescate en estructuras colapsadas. Numerosos voluntarios también se acercaron a la zona para orientar a familiares y amigos de los afectados, quienes aguardaban noticias sobre el paradero de sus seres queridos. De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cultura de donación de sangre voluntaria en varias naciones caribeñas todavía se queda corta, por lo que el llamado a la solidaridad fue un punto clave durante esta emergencia.
En la búsqueda de un alivio emocional, el Ministerio de Salud Dominicana desplegó unidades móviles con psicólogos y trabajadores sociales capacitados para ayudar a las personas que enfrentan la conmoción de haber vivido o presenciado el incidente. Aquellos que perdieron familiares o amigos se acogieron a servicios de acompañamiento, mientras se habilitó una morgue provisional que permitiera respetar la dignidad de las víctimas.
El esfuerzo solidario de distintas instituciones y la participación activa de ciudadanos de a pie han dejado un testimonio contundente: pese a la adversidad, las redes de emergencias y salud del país han sabido trabajar en conjunto, mostrando la determinación y la empatía que definen a los dominicanos en situaciones críticas. Hoy, las autoridades continúan con las investigaciones sobre las causas del desplome y toman medidas para que tragedias como esta no vuelvan a sacudir la confianza de quienes buscan esparcimiento en espacios públicos.