El dominicano Jeremy Peña se robó el show anoche en el Minute Maid Park al disparar un triple productor que no solo quebró el empate 2-2 ante Seattle, sino que lo convirtió en el bateador número 12 en la historia de Houston en llegar a 500 imparables antes de su juego 494. Con ese batazo, los Astros encaminaron un triunfo 9-2 que recortó la distancia en la competitiva División Oeste.
Según MLB, la conexión del quisqueyano viajó 401 pies entre el bosque izquierdo y central y forzó la salida prematura de George Kirby, uno de los brazos élite de la liga. El batazo tuvo velocidad de salida de 105 mph y dejó claro que Peña MVP de la Serie de Campeonato 2022 sigue añadiendo capas a su perfil de estrella en ascenso.
La fiesta latina no se quedó ahí. José Altuve sonó dos cuadrangulares (su 12.º juego multi-HR) y remolcó cuatro carreras, mientras que el boricua Víctor Caratini y el hondureño Mauricio Dubón combinaron cinco hits desde la parte baja del orden. El veterano Lance McCullers Jr. volvió a lucir saludable: ocho ponches en 4 ⅓ entradas, su cifra más alta del año.
Para poner el hito de Peña en perspectiva, solo César Cedeño (460 juegos) y Jeff Bagwell (482) alcanzaron el medio millar de cohetazos más rápido con el uniforme sideral. A nivel dominicano, el santiaguero se une a nombres como Miguel Tejada (477 juegos) y Alfonso Soriano (480) en la lista de campocortos que lograron 500 hits antes de cumplir 26 años, dato que subraya su proyección ofensiva.
El resultado también aprieta la tabla: Seattle (28-21) mantiene ventaja de 2,5 juegos sobre Houston (26-24), pero los Astros llevan foja de 6-4 en sus últimos diez y juegan .640 en casa, un factor que podría pesar en la recta final del mes.
Joe Espada, mánager debutante, destacó la resiliencia del grupo: “Sabíamos que la ofensiva iba a despertar; lo importante es sostener la presión cada noche”. El calendario inmediato favorece a Houston con dos choques más ante los Marineros y luego una serie de tres frente a los diezmados Angels, una ventana dorada para seguir descontando terreno.
Mientras tanto, Peña que ya fue premiado como Guante de Oro y MVP de postemporada demuestra que su desarrollo no se limita al guante. Si mantiene su ritmo de embasarse (.336 OBP) y eleva su potencia de extrabases, bien podría coquetear con el Juego de Estrellas por segundo año consecutivo y consolidarse como el rostro dominicano de la nueva generación en MLB.
Con 500 hits en el bolsillo y los Astros pisándole los talones a Seattle, la conversación sobre el poder latino en Grandes Ligas se reafirma noche tras noche en Houston.
