El astro dominicano Juan Soto, quien estrenó su temporada en el Citi Field de Nueva York el pasado 4 de abril, dejó claro que su bate no descansa. En su primer enfrentamiento, registró un imparable, una vuelta al cuadro y una empujada, sacĆ”ndole chispas a cada turno. Con un pacto histórico de 15 aƱos y 765 millones de dólares, el jardinero demuestra por quĆ© los Mets confĆan en su talento para devolver gloria a una franquicia sedienta de campeonatos desde 1986. La fanaticada no disimula su entusiasmo ante la frescura y el empuje de este quisqueyano que, con apenas unos juegos, ya estĆ” dando de quĆ© hablar en la Gran Manzana.
SegĆŗn la información de cdn, respaldada por las notas compartidas por Raphy de León, Soto siguió intratable en el resto de la serie inaugural en casa. El conjunto neoyorquino superó a los Azulejos, comandados por otro dominicano de peso, Vladimir Guerrero Jr., en tres juegos consecutivos. De acuerdo con estadĆsticas de [MLB, 2025], el patrullero contabilizó tres hits en 11 oportunidades, junto a par de anotadas y una remolcada adicional, prolongando asĆ su racha de imparables.
Vale destacar que la presencia de Soto, campeón de la Serie Mundial con los Nacionales en 2019, no solo representa un espectÔculo para los Mets, sino también una promesa de estabilidad ofensiva. Aunque arranca con un promedio de .250, los entendidos ven margen para un despegue que le permita afirmar su liderazgo. Los 4 triunfos y 3 tropiezos del equipo dan indicios de un comienzo sólido, pero la temporada apenas calienta motores. Analistas como Anthony DiComo, reportero oficial de MLB, sugieren que la llegada de Soto imprime un aire renovado en la escuadra, recordÔndonos cómo la afición metropolitana anhela recrear un festejo que no saborea desde hace casi cuatro décadas.
Aun resta mucho trecho en el calendario, pero es indudable que los reflectores seguirĆ”n apuntando hacia el quisqueyano. Su punterĆa con el bate y su temple en la caja de bateo podrĆan marcar el ritmo de unos Mets que se proponen romper con la sequĆa de tĆtulos. Con cada swing, Soto deja claro que viene a asegurar su nombre en la historia del bĆ©isbol moderno, mientras miles de fanĆ”ticos esperan que este sea el aƱo en que el Citi Field vuelva a estallar de euforia otoƱal.