La californiana Katy Perry parece moverse a la velocidad de un cometa. Hace apenas cinco días regresó de un vuelo suborbital con la misión NS‑31 de Blue Origin un periplo de once minutos que la llevó más allá de la línea de Kármán y este miércoles aterriza en la Ciudad de México para abrir una gira mundial de más de 80 fechas.
Según la agencia AP, Perry ensambla el espectáculo Lifetimes Tour como una cinta de ciencia ficción inspirada en Blade Runner y The Fifth Element: ella encarna a un avatar de videojuego que lucha contra fuerzas oscuras mediante mensajes de amor propio y empoderamiento. La artista, de 40 años, jura que será “Disneylandia sobre ruedas” y advierte a los fans que vayan con calzado cómodo.
El lastre de 143 y la sombra de Dr. Luke
Su séptimo disco, 143, debutó en septiembre de 2024 y fue recibido con una mezcla de indiferencia crítica y polémica: diez de las once pistas fueron producidas por el cuestionado Dr. Luke, lo que desató un alud de críticas en redes y en la prensa especializada.
El Los Angeles Times recordó que Perry defendió la colaboración alegando crecimiento creativo, pero voces como Kesha y buena parte del público la consideraron una traición al relato feminista que la cantante ha abrazado en otros momentos de su carrera.
Un salto literal y la polémica sigue en órbita
El viaje espacial tampoco escapó a los cuestionamientos. Figuras como Olivia Munn y Emily Ratajkowski calificaron la misión de superflua y fuera de tono en un momento de crisis global, mientras la discusión sobre quién merece el título de astronauta encendía las redes.
La propia tripulación compuesta solo por mujeres, entre ellas la periodista Gayle King y la piloto Lauren Sánchez defendió el vuelo como una experiencia supernatural y educativa, aunque el debate sigue abierto.
Meditación, maternidad y resiliencia
Frente al ruido exterior, Perry recurre a la Meditación Trascendental práctica que adoptó hace más de una década con el impulso de la David Lynch Foundation para desenredar cables y mantener el foco creativo. Estudios citados por Vogue señalan que la técnica puede reducir estrés y mejorar la atención, beneficios que la artista dice haber experimentado de primera mano.
Además, atribuye a su hija Daisy el haber subido de nivel su energía femenina y reconfigurado sus prioridades Ser mamá te aterriza y te dispara al mismo tiempo, dijo en un encuentro reciente con la prensa.
Entre la política y el pop
La cantante también carga con una derrota política simbólica: puso voz y rostro a la campaña de Kamala Harris para la Casa Blanca, finalmente perdida ante Donald Trump en noviembre de 2024.
Lejos de lamentarse, Perry insiste en que todo revés es materia prima para la próxima canción; ya lo proclamó en Roar y lo refrenda ahora Solo controlo lo que puedo controlar.
Lo que viene en la Lifetimes Tour
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Repertorio retrofuturista: los mayores éxitos de I Kissed a Girl a Teenage Dream reaparecen con arreglos electrónicos y coreografías de aire cyberpunk.
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Escenografía inmersiva: pantallas volumétricas y drones recrean planetas lejanos, mientras Perry vuela con arneses simulando gravedad cero.
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Bloque introspectivo: un set acústico donde interpreta Lifetimes y habla brevemente de meditación y salud mental.
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Mensaje final: fuego de artificio al ritmo de Firework, dedicado, dice ella, a todo el que se haya sentido subestimado.
¿Recuperará el trono pop?
El reto es mayúsculo necesita demostrar que, pese al tropiezo de 143, aún puede generar entusiasmo en un ecosistema dominado por lanzamientos virales de nicho y ciclos de atención cada vez más cortos. Su apuesta combina nostalgia millennial, espectáculo de gran presupuesto y una narrativa de superación personal con la que el público dominicano fan de su estética colorida y sus himnos de autoestima suele conectar.
Al final, Katy Perry se mueve entre dos órbitas una donde las polémicas gravitan con fuerza y otra donde la disciplina interior la impulsa hacia delante. Si la Lifetimes Tour consigue equilibrar ambas, tal vez la estrella encuentre de nuevo su punto de ignición y confirme que, en el juego del pop, fallar es solo otra etapa antes del próximo gran despegue.