A casi 21 años del estreno de La pasión de Cristo, el actor Jim Caviezel sigue cargando en la piel y en el corazón las marcas de aquel rodaje extremo, mientras se alista para retomar el papel en una secuela que promete ir más allá de lo terrenal.
Según un recuento publicado por Noticiassin, el intérprete vivió un auténtico viacrucis durante la filmación de 2004: desde azotes accidentales hasta una infección pulmonar derivada de las prolongadas jornadas sobre la cruz.
El incidente más estremecedor ocurrió cuando un rayo lo alcanzó durante la escena del Sermón del Monte. La descarga le provocó arritmias que obligaron a dos cirugías, incluida una operación a corazón abierto que se resolvió recién en 2014.
No fue el único golpe celestial. Semanas después, una cruz de más de 70 kilos se desplomó sobre él, reventándole la boca y dislocándole el hombro, momentos que quedaron captados en cámara y llegaron al montaje final.
La violencia del látigo también traspasó la ficción: un error de coordinación abrió una herida de 35 centímetros en su espalda y le desgarró la muñeca, experiencia que el propio Caviezel describió como “sentirse como Satanás” de puro dolor.
Aun con neumonía, hipotermia y moretones por cadenas reales, el actor se mantuvo en el set, convencido de que el realismo justificaría cada cicatriz.
El sacrificio impactó en taquilla: con un presupuesto de apenas US$30 millones, la película recaudó más de US$610 millones a nivel mundial, manteniéndose como la cinta independiente más exitosa y el segundo filme clasificado R más taquillero en la historia de Norteamérica.
Ese legado explica el entusiasmo por la secuela The Resurrection of the Christ. De acuerdo con la revista People, Mel Gibson arrancará el rodaje en agosto de 2025 en los estudios Cinecittà de Roma y en locaciones del sur de Italia como Matera y Altamura.
Gibson ya adelantó que el relato será no lineal y se adentrará en “otros reinos”, desde el infierno hasta la caída de los ángeles, lo que podría convertir la resurrección en una odisea dividida en dos o tres entregas.
Mientras tanto, La pasión de Cristo sigue disponible en Netflix cada Semana Santa, recordando que el dolor que vemos en pantalla no siempre fue un simple efecto especial, sino el reflejo de un compromiso que a Caviezel le costó sangre, sudor y literalmente un rayo.
