Lee Jae-myung asume presidencia de Corea del Sur con plan de 5 ejes

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Con el sol todavía alzándose sobre el río Han, Lee Jae-myung se estrenó hoy como el 21.º presidente de Corea del Sur y lo hizo sin el habitual compás de espera a las 6:21 a. m. ya juraba en firme y, cinco horas después, dirigía su primer discurso ante la Asamblea Nacional en Yeongdeungpo-gu, Seúl. Para millones de coreanos y para los mercados que madrugan el mensaje fue tan directo como urgente la economía va primero.

Según reportó EFE, la Comisión Electoral Nacional confirmó su victoria apenas unas horas antes, sellando unas elecciones extraordinarias convocadas a la carrera tras la destitución de Yoon Suk-yeol y su fallido intento de imponer la ley marcial a finales del año pasado. La abrupta salida de Yoon dejó un vacío institucional que el liberal Lee, del Partido Democrático (PD), ha llenado sin transición formal, rompiendo con la liturgia política coreana.

Cinco “mandados” para un mandato

En medio de una lona azul con el emblema nacional, Lee enumeró las que llamó sus “cinco grandes directrices”:

  1. Un país donde el pueblo gobierne

  2. Crecimiento y desarrollo constantes

  3. Bienestar compartido para todos

  4. Florecimiento cultural

  5. Seguridad y paz duraderas

La lista no es mero eslogan. Lee prometió activar de inmediato un equipo de respuesta económica de emergencia y “reactivar el ciclo virtuoso de la economía vía presupuesto nacional”. Con la inflación rondando el 3 % y un crecimiento previsto por el Banco de Corea de apenas 2,2 % para 2025, el presidente sabe que su principal examen será el bolsillo ciudadano.

Economía y algo más

Pero no todo es won y contabilidad. Lee reafirmó la alianza bilateral con Estados Unidos y anunció que reforzará la cooperación trilateral con Washington y Tokio “bajo una óptica pragmática de interés nacional”. La mención a Japón, todavía sensible en la calle coreana, sugiere que buscará una distensión estratégica similar a la que impulsó Yoon antes de su caída, pero con mayor respaldo parlamentario.

A la sombra está el factor Pyongyang. Aunque el nuevo presidente evitó encender alarmas, señaló que la península “necesita paz real, no treguas parciales”, guiño a la posible reactivación del diálogo intercoreano si el Norte se muestra dispuesto. Voces del Instituto Coreano de Unificación recuerdan que las negociaciones llevan tres años congeladas y que las últimas pruebas balísticas de Kim Jong-un elevan la presión sobre Seúl.

Crisis política y oportunidad histórica

El ascenso exprés de Lee se explica por la tormenta política desatada en diciembre, cuando Yoon intentó suspender garantías constitucionales amparándose en disturbios laborales. El Parlamento lo destituyó y la Corte Constitucional avaló la medida episodio que muchos comparan con la caída de Park Geun-hye en 2017, pero con tintes más dramáticos por la mención de la ley marcial.

Para Lee, exgobernador de Gyeonggi y defensor del ingreso básico universal, la falta de transición es arma de doble filo evita el limbo institucional, pero lo expone a un escrutinio inmediato. Su victoria, con un margen de apenas tres puntos sobre el conservador Han Dong-hoon, refleja un país partido casi en dos; cualquier tropiezo podría reavivar las protestas que han llenado la Plaza Gwanghwamun en los últimos meses.

Los primeros decretos llegarán esta misma semana un suplemento presupuestario para subsidiar PYMES golpeadas por la desaceleración, la creación de un fondo para energías limpias y un paquete de alivio hipotecario para jóvenes. Analistas de KB Securities ven positivo el impulso fiscal, pero advierten que la deuda pública ya supera el 50 % del PIB territorio inexplorado para Seúl hace apenas una década.

En diplomacia, el presidente planea su primer viaje a Washington antes de que termine junio, buscando afianzar el diálogo sobre semiconductores y cadenas de suministro críticas. En casa, su gran prueba política será aprobar la reforma laboral antes del receso de agosto: sindicatos exigen garantías de jornada flexible, mientras conglomerados (chaebol) piden menos carga regulatoria.

Apenas empieza el quinquenio y la agenda ya parece un sprint. Lee lo resumió con frase corta y estilo dominicano casi sin querer “Hay que fajarse desde ahora”. El país y buena parte de Asia-Pacífico estará mirando si cumple.

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