Luis Arráez queda bajo protocolo de conmoción cerebral tras aparatoso choque en el terreno

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Cuando los Padres pensaban que el lineup empezaba a carburar, una escena estremeció el Minute Maid Park y dejó al club sin su campeón bate. El venezolano Luis Arráez entró esta semana en la lista de lesionados de siete días por protocolo de conmoción cerebral, luego de una aparatosa colisión con el hondureño Mauricio Dubón durante el juego del domingo ante los Astros.

Según CDN, las primeras evaluaciones médicas descartaron fracturas y revelaron solo una laceración bajo la mandíbula, pero el inicialista permaneció varios segundos sin reconocer dónde estaba, de ahí la prudencia del cuerpo médico que lo inmovilizó antes de trasladarlo en camilla. El mánager Mike Shildt calificó el susto de “bendición disfrazada”, pues los exámenes neurológicos iniciales lucen alentadores, aunque el verdadero impacto se medirá con el paso de los días.

Arráez, de 28 años, llegaba encendido: bateaba .338 en sus últimos 17 compromisos y .287 en la temporada, ratificando la etiqueta de “máquina de hits” que exhibe desde que conquistó tres títulos de bateo consecutivos (AL 2022‑23, NL 2024). Su ausencia se suma a la de Jackson Merrill, Jake Cronenworth, Brandon Lockridge y Jason Heyward, todos en la enfermería, dejando al dominicano Fernando Tatis Jr. y a Manny Machado como los principales timoneles ofensivos.

El incidente llegó en la primera entrada: Tatis negoció boleto, Arráez buscó el toque y el inicialista Christian Walker asistió a Dubón, quien sin espacio para esquivar terminó golpeando la barbilla del criollo con el codo. El juego se detuvo 11 minutos; Tatis se arrodilló junto a su compañero y confesó luego que “casi se le salen las lágrimas” mientras rezaba por él.

¿Qué cambia para San Diego?

  1. Producción de contacto: Arráez lidera a los Padres con un porcentaje de ponches inferior al 10 %. Sin él, Shildt pierde al hombre que más bolas pone en juego y prolonga innings.

  2. Defensa improvisada: El utility Mason McCoy sube desde Triple‑A El Paso como parche inmediato, pero no ofrece la misma solvencia con el guante en la inicial.

  3. Reajuste del orden: Se espera que Tatis pase ocasionalmente al primer turno y que Machado herede más responsabilidades para impulsar carreras en los primeros episodios.

El protocolo y los precedentes

Desde 2011 la MLB implementó la lista de conmociones de siete días, pero un jugador no puede volver hasta que supere pruebas cognitivas comparativas con su baseline. Casos recientes, como el de Justin Turner (2023), muestran que la recuperación suele oscilar entre una semana y un mes, dependiendo de síntomas y mareos residuales.

El especialista dominicano en medicina deportiva Dr. Franklin Gómez recuerda que “una segunda conmoción antes de cicatrizar la primera duplica el riesgo de secuelas permanentes”. De ahí que, aunque Arráez se sienta listo, los Padres no lo activarán sin el visto bueno de la liga y de un neurólogo independiente.

Reacción del clubhouse y de la afición

En redes, fanáticos quisqueyanos y venezolanos han inundado a Arráez con mensajes de apoyo, resaltando la hermandad latina que impera en el béisbol. El propio Dubón, visiblemente afectado, declaró que jamás actuó con mala intención y que “le duele más el corazón que el codo” tras ver al rival inmóvil sobre la tierra.

Mientras tanto, la gerencia de San Diego monitorea el mercado: un veterano como Eric Hosmer, todavía agente libre, podría ser una solución temporal si la dolencia se extiende. Sin embargo, la ofensiva de los Padres segunda peor de la Liga Nacional en OPS fuera de Petco Park necesita respuestas más profundas que un simple reemplazo.

Mirando hacia adelante

Los Padres comienzan una gira por Detroit y Atlanta, dos rivales con pitcheo abridor enrachado. Si la artillería no reacciona, podrían despedirse prematuramente de la lucha en el Oeste, división dominada por los Dodgers. Shildt, optimista, resumió la meta inmediato “Mantenernos a flote hasta que Luis vuelva y recordar que esto es maratón, no sprint”.

La última palabra, sin embargo, la dictará la evolución neurológica de Arráez en los próximos días. Por ahora, San Diego reza para que su bateador de .300 regrese con la misma puntería y que el susto del domingo quede solo como un capítulo amargo, no como el giro que descarriló la temporada.

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