La tensión en las bolsas no afloja luego de las decisiones recientes sobre tarifas arancelarias. Desde el inicio del año, se percibe un entorno convulso, con caídas considerables en las bolsas de Estados Unidos y Europa. La desconfianza de los inversionistas parece tomar fuerza en cada jornada, sobre todo ante señales de que podría venir un ajuste monetario más agresivo de lo inicialmente previsto. En países como el nuestro, la gente comenta “la vaina se está poniendo color de hormiga brava”, presintiendo consecuencias económicas que trascienden fronteras.
Según lo publicado en eleconomista, de la mano de la periodista Violeta N. Quiñonero, el presidente de Estados Unidos impuso un 10% de impuestos a las importaciones procedentes de cualquier país del mundo, elevando la cifra hasta un 54% para China y un 20% para varios miembros de la Unión Europea. Esta medida, que llevaba meses merodeando los titulares, acabó por encender las alarmas en los principales mercados. De hecho, el S&P 500 y el Nasdaq 100, en lo que va de 2025, exhiben retrocesos del 12% y 15% respectivamente. Europa, que intentaba sortear el temporal, también vio cómo el EuroStoxx cedía terreno y perdía los 5.000 puntos por primera vez desde enero.
Los expertos consultados señalan que parte de este mareo financiero es consecuencia de una lenta recuperación macroeconómica. La desaceleración prevista por diversas organizaciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), pone en evidencia la fragilidad actual: se proyecta que el crecimiento global ronde el 2,9% en 2025, un descenso frente al vigor que se experimentó en años anteriores. Algunos analistas recuerdan que, aunque los mercados llevan varias temporadas acostumbrados a la volatilidad, el escenario presente combina aranceles drásticos, un replanteamiento de políticas fiscales y un temor latente a nuevas tensiones comerciales entre potencias. El banco central europeo tampoco descartaría un giro en los tipos de interés, lo que añadiría otro componente de incertidumbre.
Al revisar puntos técnicos, asesores como Joan Cabrero, de Ecotrader, enfatizan que el Nasdaq 100 tiene soportes clave en torno a los mínimos del verano pasado. Un desliz por debajo de esos niveles podría conducir a un ciclo bajista de mayores proporciones. Al mismo tiempo, sectores como el bancario sufren con fuerza el golpe: desde la zona euro, entidades tipo Intesa Sanpaolo o Banco Santander encaran temores de que se acelere la bajada de tipos, algo que golpea su margen de negocio. Sin embargo, en cada episodio similar, también surgen oportunidades de compra en valores estratégicos, siempre que se manejen stops de protección y se mantenga una planificación financiera clara. Otras firmas tecnológicas, como Microsoft o Meta, presentan posibles zonas de entrada para inversores dispuestos a resistir las aguas revueltas.
Para muchos asesores, los mercados tienen una capacidad de reconstrucción probada a lo largo del tiempo, aunque no sin tropezones en el camino. Una cartera bien diversificada, sumada a una visión de largo plazo, suele ser la clave para encarar estos meneos. Desde varias gestoras, se insiste en mantener la prudencia sin dejar de lado la posibilidad de invertir en empresas sólidas, sobre todo en sectores con perspectivas de crecimiento sostenido. Al final del día, la volatilidad no es un bicho raro en la historia financiera mundial, y las sacudidas acostumbran a ofrecer oportunidades a quienes sepan nadar en estas aguas y no pierdan la cabeza al primer ventarrón.