El Michelada Fest, vitrina de la cultura latina que debía encender Oakwood Beach los días 19 y 20 de julio, se quedó sin rumba. Los productores anunciaron la suspensión “con el corazón apretado”, alegando que varios artistas aún no tenían la visa aprobada y que no querían arriesgarse a montar un evento a medias en medio de la actual ola de deportaciones.
Según Telemundo Chicago, la organización explicó que las devoluciones de boletas se procesarán en un plazo de 7 a 20 días hábiles y que la decisión impacta no solo a los fans, sino también a docenas de pequeños negocios que cada verano se guillan con el festival. “Preferimos quedar bien y no fallarle a la comunidad”, señalaron.
La incertidumbre no es cuento chino desde que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) subió las tarifas en 2024 de US $460 a más de US $1,615 por músico la espera por un visado tipo O o P se disparó de semanas a meses. Reportes de la AP y de la industria destacan que varios tours de artistas extranjeros han caído por la misma piedra, con promotores absorbiendo miles de dólares en pérdidas.
A esto se suma la presión migratoria en sus primeros 100 días de mandato, la administración Trump presume más de 65 000 deportaciones y busca un aumento presupuestario de hasta US $350 000 millones para intensificar operativos, una señal que aviva el nerviosismo entre talentos internacionales y sus agentes.
Los organizadores prometen reembolsar íntegramente a quienes compraron vía Ticketón o el sitio oficial. En su web detallan que el trámite se hará de forma automática y que quienes ganaron entradas en promociones las podrán usar en la próxima edición.
El golpe trasciende la taquilla. Fundado en 2019, Michelada Fest pasó de ser un jangueo callejero en Pilsen a un evento de 20 000 personas con figuras como Anitta, Grupo Firme y Tokischa en el cartel de este año. Expertos del sector recuerdan que Sueños Festival, también en Chicago, sorteó pesadillas similares en 2024 invirtiendo en gestorías migratorias adelantadas, algo que pequeños promotores no siempre pueden costear.
Por ahora, el equipo de Michelada Fest pide paciencia y promete regresar “más heavy que nunca” cuando el ambiente político se estabilice. Mientras tanto, la lección queda clara en la escena de eventos latinos en EE.UU., el visado se ha convertido en el nuevo headliner, y de su presencia o ausencia depende que la música siga sonando.