Miguel “La Guagua” Tejada, célebre por su entrega en el diamante y su pasaporte de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 2002, debuta como mánager a tiempo completo con los Bravos de León tras la sorpresiva salida de Matías Carrillo. El dominicano, que arrancó la campaña como coach de banca, aceptó el reto sin titubeos “Soy un soldado del béisbol; si el equipo lo necesita, aquí estoy”, aseguró desde tierras guanajuatenses.
El panorama no es color de rosa. A 15 juegos de iniciada la temporada, los Bravos ocupan el octavo puesto de la Zona Sur con récord de 6-9, a 6.5 juegos de los punteros Diablos Rojos del México. Además, arrastran una racha de tres derrotas al hilo y un diferencial de carreras de –23, indicadores que evidencian urgencia en la lomita y consistencia en el plato.
Para Tejada, el reto va más allá de maquillar el standing su meta es cortar la sequía de postemporada que persigue a León desde 2018. El nuevo timonel buscará sacarle provecho a un lineup que, pese al arranque flojo, exhibe potencia dominicana con Aderlín Rodríguez (.407 AVG) y Sandber Pimentel, líder en remolcadas del club. Pero el cuerpo de pitcheo, con efectividad colectiva de 7.09, deberá ajustar tuercas si quiere competir de tú a tú con las ofensivas más calientes del circuito.
La hoja de vida de Tejada respalda su apuesta. En Grandes Ligas jugó 16 temporadas Atléticos, Orioles, Astros y Reales, entre otros, despachó 307 jonrones y, sobre todo, se ganó la etiqueta de líder en el clubhouse. Ese bagaje lo trasladó a la pelota invernal, primero como pieza clave de las Águilas Cibaeñas y luego como coach, rol en el que pulió la transición de pelotero a estratega.
Su estreno al frente de León será en casa ante los Piratas de Campeche, serie que podría servir de termómetro inmediato. Si los Bravos consiguen al menos dos victorias, escalarían posiciones y recortarían distancia con el grupo de .500. Pero una barrida en contra agrandaría la brecha en el competitivo Sur, donde seis equipos persiguen los últimos cupos de playoff con márgenes minúsculos.
Más allá de los números, la presencia de Tejada inyecta mística “Siempre quise dirigir; ahora me toca demostrar que el juego que llevé en el guante y el bate también cabe en el cuaderno de estrategias”. Con 48 años, el “Pelotero de la Patria” confía en que su disciplina y el respeto que genera en el camerino se traduzcan en resultados rápidos. Y, de paso, vuelve a poner la bandera dominicana en vitrina dentro de la Liga Mexicana de Béisbol, un torneo que ha visto desfilar a leyendas quisqueyanas como Félix José, Julián Tavárez y Miguel Bautista.
El desafío está servido levantar a un club que no celebra octubre desde hace siete temporadas y demostrar que la pasión caribeña puede encender un roster necesitado de identidad. Si lo consigue, Miguel Tejada habrá añadido otro capítulo de peso a su carrera, ahora desde la cueva y con un lineup al que todavía le queda mucho béisbol por jugar.